1962. Londres. Ginger y Rosa son dos jóvenes de diecisiete años que son mejores amigas desde que nacieron en pleno bombardeo a Hiroshima. Esa trágica y desoladora explosión parece haber unido su historia pero la amenaza de un posible ataque nuclear en su presente parece dividir los caminos que seguirán. Ginger es divertida, entusiasta, poetisa (aunque todavía no con estilo propio ya que se inspira demasiado en T. S. Eliot) y comprometida (está muy preocupada por la sola idea de la imposibilidad de vivir un futuro); en realidad su verdadero nombre es África pero Ginger, su apodo, parece encajar con su figura y personalidad ya que significa pelirrojo y jengibre (raíz con excelentes condiciones curativas). Rosa, es más apagada y precoz (está más interesada que Ginger en el despertar sexual). Ginger tiene aspiraciones de una vida bohemia e independiente. Rosa sólo quiere encontrar el amor verdadero y convertirse en esposa. Ginger no es creyente, Rosa sí. Ambas tienen una vida familiar compleja que las marca en sus expectativas. Ginger es hija única, sus padres vienen del mundo del arte y se están separando. Rosa, tiene hermanos y fue abandonada por su padre de pequeña.
Sally Potter (Orlando, La lección de tango) dirigió y escribió Ginger & Rosa; el film es en gran parte autobiográfico, principalmente en lo que respecta a las vivencias de la directora en los años 60 en relación al activismo y la psicosis por la virtual arremetida nuclear; así lo expresó: "Tuve pesadillas recurrentes. Habría tres minutos de advertencia y lo que podía hacer para salvar a la gente, corriendo de aquí para allá. Ahora tenemos una sensación mucho más prudente de la destrucción del mundo por el cambio climático, etc. No es una sensación de muerte inminente y total. No pasó tanto tiempo desde la Segunda Guerra Mundial. Así que había una sensación estar bajo el apocalipsis”.
Si bien la cinta cuenta la relación entre dos amigas, se centra en la perspectiva de Ginger, en su volcán interior que está también a punto de explotar. Ellen Fanning, quien ya maravilló con sus queribles e inolvidables personajes en Somewhere (reseñada en El Sur de Febrero de 2011)y Super 8, volvió a encandilar en Ginger & Rosa ya que logró dar vida a Ginger de un modo magistral, proveyendo inmensa credibilidad a su personaje con sólo 13 años de edad. Alice Englert, hija de la prestigiosa directora neozelandesa Jane Campion (El piano, Retrato de una dama,Holy Smoke) encarnó a Rosa.
Sólo hay dos decisiones de Potter que no se comprenden: la elección para los roles secundarios de célebres actores como Annette Bening, Oliver Platt y Timothy Spall, quienes son totalmente desaprovechados y el hecho de que la mayoría del elenco no sea británico.
Ginger & Rosa, cuya banda sonora es exquisita con referentes del jazz como Sidney Bechet y el Dave Brubeck Quartet, es una historia con defectos pero muy interesante ya que describe el espíritu de una época a través de un relato intimista y por momentos existencialista que se hace preguntas cómo: ¿qué es ser pacifista? Para finalizar una frase de Bertrand Russell citada en el film: “Con la vida que nos quede no cesaremos de hacer lo que esté en nuestro poder para evitar la mayor calamidad que jamás haya amenazado a la humanidad”.