La amistad adolescente en un film intimista y profundo
La amenaza de una guerra nuclear flotaba en el aire en el mundo. En ese Londres de 1962 dos adolescentes tienen una amistad inseparable desde la niñez. Ginger y Rosa van juntas por la vida pero ambas tienen diferentes visiones. Mientras que Rosa, hija de madre soltera que trabaja limpiando casas, es quien le muestra el mundo joven de los primeros besos, de los primeros cigarrillos y de la fe a Ginger. Ginger, hija de una pintora frustrada, siguiendo los pasos de su padre, esta más comprometida en los peligros de la bomba nuclear convirtiéndose en una activista del desarme. El padre de Ginger, Roland, va y viene en la relación con su esposa y mientras Ginger lo ve como un bohemio idealista, Rosa lo mira como un hombre y no como el padre de su amiga.
Sally Potter, directora y guionista, le da su impronta a una historia de amistad pero que por momentos se convierte en conmovedora, desafiante, profunda, intimista y con una honestidad brutal en una época muy especifica de la historia, con una narración realista y visceral del mundo adolescente de los 60. Indudablemente aunque Alice Englert realiza un excelente trabajo en el papel de Rosa, es Elle Fanning quien sorprende por su interpretación de Ginger, rayana en la perfección actoral. Indudablemente, si Fanning a esta edad es capaz de componer de esa manera este papel, uno no puede vislumbra hasta que nivel puede llegar en su carrera. Gracias al plus especial que le otorga Elle Fanning al film es que “Ginger y Rosa” se confiere en una de las mejores películas de la aclamada directora.