Este film de Sally Potter (recordada por una película interesante como Orlando y una invisible como La lección de tango) narra el paso por la adolescencia de dos amigas durante la crisis de los misiles de 1962. El ritmo es bueno, y la actuación de las protagonistas provoca una empatía inmediata en el espectador. Las chicas se hacen querer, aunque uno se pregunta por qué Potter tiene que mezclar tantos elementos en un film que podría, sin complejidades ni la necesidad de mostrar “cosas importantes”, darle justo al corazón del espectador. La idea de que un film sea además algo así como un manual de instrucciones o una conferencia sobre cónmo debe vivirse suele atentar contra nuestra necesidad de ver aquello que no podemos experimentar, de acompañar a esas personas imaginarias que no nos rodean todos los días. Aquí seguimos a estas dos chicas con placer, siempre y cuando la señorita Potter no saque la tiza del guardapolvos y nos subraye para qué hace la película.