La directora inglesa Sally Potter, responsable de La Lección de Tango (película que filmó en nuestro país), regresa con Ginger & Rosa, un film honesto y maduro sobre la adolescencia y la amistad que a la vez intenta retratar las dificultades de crecer con un mundo (tanto a escala global como personal) que se viene abajo.
¿Alguien quiere pensar en los niños?
Londres, 1962. Ginger y Rosa son amigas desde que tienen memoria. Ginger vive con su madre, un ama de casa y artista frustrada, y con su padre, un profesor idealista y pacifista. Rosa vive solo con su madre y sus hermanos. Las chicas hacen todo juntas, pero mientras Ginger se interesa mas por la poesía y por el activismo, Rosa parece interese en la religión y los chicos, pero en algo coinciden ambas, ninguna de las dos quiere llevar la misma vida que llevan sus madres y piensan que están destinada a algo mejor. Pero mientras tanto el mundo está al borde del desastre, la crisis de los misiles en Cuba y un posible holocausto nuclear son el tema de todos los días. Aquí las amigas comenzará a distanciare, Ginger empieza a militar por el desarme nuclear mientras que su familia poco a poco se desintegra, y Rosa comenzará a desarrollar un interés por Roland, el padre de Ginger.
Inocencia Perdida
Sally Potter no es una santa de mi devoción, de hecho es todo lo contrario. Nunca logré relacionarme con su cine y luego de ver solo un par de sus películas simplemente deje de preocuparme. Pero con Ginger & Rosa Potter logra lo que nunca había logrado antes, retratar a la perfección una edad y una época y de una forma más que accesible para el público. Elle Fanning, aquella divina niña de Súper 8, da vida a Ginger en más de un sentido. Es casi imposible para uno no relacionarse con ella, Fanning hace un trabajo estupendo transmitiendo sus sentimientos y emociones y vivimos con Ginger ese momento donde uno termina de perder la inocencia e inevitablemente deja atrás la adolescencia para convertirse en un adulto. Potter reflexiona de manera magistral con esto. ¿Cuándo uno se convierte en adulto? ¿Está relacionado directamente con la edad física y natural de una persona? O tal como le pasa a Ginger, ¿son las circunstancias de la vida las que llevan a uno a dejar atrás “las cosas de niños” y comenzar a comportarse de una manera un tanto más “responsable”? Es esto último sobre lo cual se explaya Potter. Ginger debe liderar con el divorcio de sus padres y con Rosa comenzando una relación con este último, es así como encuentra en la militancia un desahogo, una forma de canalizar lo que le está ocurriendo. Cuando Ginger dice que ella milita para salvar el mundo, ¿a qué se está refiriendo exactamente? ¿Al mundo tal como lo conocemos o a su propio mundo? Ese que se le está viniendo abajo.
Es cierto que quizás Potter, por momentos, no tenga demasiada idea hacia dónde va la película. Pero esto está también directamente relacionado con el eje central del film, la adolescencia. Ginger & Rosa funciona como una gran metáfora sobre la misma y tal como nos sucede en esa etapa, muchas veces estamos perdidos, si saber para qué lado agarrar, comenzando cosas y dejándolas por la mitad, buscando nuestro destino. Todo por lo que pasan tanto Ginger como Rosa a lo largo del film no es más que un reflejo de esa lucha que tiene cada adolecente para encontrar quien realmente es y en quien se quiere convertir.
Curiosa es la elección de Potter de contratar en su mayoría a actores norteamericanos para interpretar a ingleses. Como ya dije previamente, Fanning brilla en el papel de Ginger, y el resto del elenco secundario tampoco se queda atrás. Alice Englert también está fantástica como Rosa y lo mismo Alessandro Nivola, Timothy Spall (el único ingles del elenco principal), Oliver Platt, Annette Bening y la bella Christina Hendricks. La fotografía de Robbie Ryan es otro de los puntos a rescatar, filmada mayormente con cámara en mano y con un excelente uso de los colores e iluminación, ayuda a Potter a encontrar el tono perfecto que necesita la película.
Conclusión
Decir que Ginger & Rosa merece ser vista simplemente por la actuación de Fanning sería demasiado, pero no injustificado. El guión de Potter es un tanto desordenado y por momentos bastante literal, dejando pocas cosas a la imaginación, pero aun así el resultado es una película cálida y melancólica que retrata de manera casi perfecta la amistad, la adolescencia y eso gran paso que damos hacia la adultez.