Bastu tiene 81 años y vive en un pueblo del interior de Brasil. Después de la muerte de su marido trata de encontrar una nueva vida. En Girimunho se respira un ambiente de magia. El tiempo parece detenerse a pesar de su constante movimiento. En medio del paisaje del sertão se mezclan sucesos oníricos que pueblan la imaginación de sus gentes, con las situaciones prosaicas de las vidas de nuestros personajes. La película explora un universo rico e imaginario, poético y mágico, para hablar sobre las relaciones humanas que apuntan a la coexistencia de tradiciones y la vida contemporánea, la realidad y el sueño, la vida y la muerte, disolviendo los límites entre estos conceptos.