Además de cineasta, periodista, crítico, caricaturista y profesor de artes marciales, Sebastián Tabany es mago profesional. Por eso, no extraña que para su ópera prima como guionista y director haya optado por una comedia romántica ambientada en el mundo de la magia. Martín (Juan Grandinetti) trabaja todas las noches como crupier en el casino porteño y de día se dedica a practicar trucos con cartas.
Su mejor amigo es El Rubio (Lautaro Delgado Tymruk), una suerte de gurú pero cuyo principal talento pasa por ser... carterista. Una noche, ambos asisten a un show de magia, donde Martín conoce a Sofía (Carolina Kopelioff), la novia del ilusionista que está sobre el escenario. Es amor a primera vista y, desde entonces, todo cambiará en la vida del protagonista. Incluida su relación con la magia.
Lo mejor del film -que tiene un homenaje explícito al mítico René Lavand en el personaje que interpreta Romina Gaetani, cameos como el del director Andy Muschietti y la participación especial de un campeón mundial de magia como Henry Evans- tiene que ver con la recreación de un mundillo que Tabany conoce de primera mano y un buen uso de los efectos visuales para construir la veta fantástica del relato. No se trata de un mérito menor en el contexto actual del cine argentino.