Experimentación adolescente
Ganador de la Competencia Argentina en el BAFICI 2006, Glue (2006) es un film experimental sobre la exploración adolescente que hace eje en el cuerpo de sus protagonistas. Dirigida y escrita por Alexis Dos Santos, la película podrá verse en el Malba.
El cuerpo es la evidencia de los grandes cambios que la llegada de la adolescencia produce en nosotros. La necesidad de comprender los cambios físicos, nos lleva a lidiar con el deseo. Este es el camino que emprenden los personajes de la película casi sin proponérselo. Saldrán en la búsqueda de respuestas mediante la exploración, como si recorrieran el mundo por primera vez. El cuerpo es el eje del relato y a través de él, Lucas (Nahuel Perez Biscayart), Andrea (Inés Efron) y Nacho (Nahuel Viale) viven sus experiencias.
Glue es un relato sobre la adolescencia. Pero, a diferencia de Nadar Solo (2003), la adolescencia no está enfocada como un lugar a la espera de respuestas. Aquí los personajes salen a buscarlas. Si bien en Nadar Solo predominaban los planos estáticos que producían desorientación tanto en el protagonista como en los espectadores; en Glue la cámara en mano reproduce la explosión y violencia de los grandes cambios experimentados por los protagonistas en su despertar sexual.
La construcción del relato también es una exploración del lenguaje cinematográfico en búsqueda de nuevas maneras de narrar. Hay momentos con diferente tratamiento de la imagen. Las escenas filmadas en 16 mm acompañadas de música rock and roll (siempre en inglés, porque no importa tanto lo que dice sino la sensación producida en los chicos) marcan la explosión interior en ellos, como si estuvieran lidiando con su interior y el exterior.
Hay dos narradores. Si bien queda claro que Lucas es el protagonista, Andrea por momentos toma las riendas de la narración, para dejar en claro que dicho proceso adolescente extiende las fronteras de género (masculino / femenino).
La película de Alexis Dos Santos, también contrapone dos mundos claros: el de los adolescentes y el de los adultos. La focalización siempre se encuentra del lado de los chicos mientras que los adultos son vistos desde afuera. Algunas veces hasta literalmente, como la pelea entre padres a través de la ventana. La frontera entre ambos mundos se irá acortando hacia el final del recorrido, con la perdida de prejuicios y el fin de la inocencia.