Casa tomada
Conocido mundialmente por la saga de Locos por las nueces (2014), el canadiense Peter Lepeniotis regresa a la pantalla con Gnomos al ataque (Gnome Alone, 2017) un fallido intento de animación inspirada en gnomos de jardín (este año ya vimos la secuela de una) que ayudarán a su protagonista a reencontrarse con su familia y recuperar su vivienda.
Gnomos al ataque juega en su título original con Home Alone, conocida localmente como Mi pobre angelito (Home Alone, 1990), comedia de Chris Columbus en la que Macaulay Culkin debía luchar con unos torpes ladrones para evitar que se llevaran todo de la casa. Acá Chloé impedirá, con la ayuda de los pequeños gnomos, la toma de la casa por parte de las siniestras criaturas, que, además arrasan vorazmente con todo a su paso generando una situación imposible de detener y contener, y que quieren dominar el mundo.
Peter Lepeniotis va, lamentablemente, en esta oportunidad a lo seguro, en vez de innovar con una trama que juegue correctamente con otros géneros, como lo hizo en la anteriormente mencionada Locos por las nueces, y sumado a una animación básica que no logra despegar los personajes presentados de los planos y escenas en los que se enmarcan.
Temáticas como la llegada del nuevo a la escuela, el intercambio con los populares y los nerds, y el manejo de manera muy estereotipada de tiempos de la acción y protagonistas, terminan por generar un pastiche animado que nunca define una línea narrativa genuina que la defina y favorezca.
Hay además un menosprecio por el espectador, algo que no pasa frecuentemente con producciones generadas en la periferia de los grandes estudios, al contrario, esos productos revitalizan la animación evitando caer en lugares comunes, que si bien son necesarios para el placer del espectador, cuando es tan evidente la poca profundidad y espesura del relato, se termina por chocar con el propio origen de las películas y aburriendo hasta los más pequeños.
Gnomos al ataque es una propuesta que marca un retroceso en la calidad, originalidad y sentido de las películas animadas, que solo apunta a lo efectivo de otras producciones, mixandola sin ningún sentido nuevo, y, mucho menos, respeto por el espectador, sea de la edad que sea, que se acerca a verla.