Ya no se trata de un solo monstruo, el Godzilla mítico. Una empresa privada regentea en su poder a otros: Morhra, Rodan y otros recién llegados. Hablamos de un futuro donde la humanidad ha roto el equilibrio ecológico y poco le queda de vida en el planeta. Por eso, la lucha de Godzilla sus amigos y enemigos pueden restablecer ese equilibrio perdido y ayudar a florecer otra vez la tierra. Por lo menos así lo imaginaron en el guion el director Michael Dougherty, Zach Shields. Cuentan con un elenco de actores de lujo Vera Farmiga, Millie Bobby Brown (“Stranger things”), Ken Watanabe, Lyle Chandler, Sally Hawkins. ¿Cuentan los humanos cuando los monstruos son las estrellas? Hasta cierto punto. Sin dudas toda la saga de Godzillas tiene a sus fanáticos y aquí pueden darse un atracón en el “monsterverse” de la franquicia con un verdadero caos de CGI. Luchas de buenos y malos gigantes. En la historia una científica crea un dispositivo que puede calamar o enfurecer a sus cautivos. Después de la película anterior los políticos y la mayoría de los humanos quiere destruir a Godzilla y sus primos, pero luego se dan cuenta que es el único que nos salvara de otras bestias nuevas como Ghidora, de tres cabezas. A los monstruos los corporizan bien, pero no se les puede pedir que sean buenos actores, y si se olvida que los actores son los que le ponen la tensión a la historia, se llega a un pecado grave: aburre y se reitera. Hasta qué punto puede interesar que estos inmensos seres sean los únicos que pueden salvar el planeta a costa de destrucción y muerte. Cuesta creer que un argumento tan ingenuo despierte algún interés especial. Por lo demás entre oscuridades y efectos especiales esta guerra de gigantes se puede transformar en un show para fanáticos.