Secuela del film de 2014 y previa al estreno de Godzilla vs Kong, anunciada para el año próximo, llega Godzilla II: El rey de los monstruos, un relato que fusiona ciencia-ficción, aventuras y terror de la mano del director Michael Dougherty, el mismo de Krampus.
El filme, de grandes dimensiones como los monstruos que desfilan por la pantalla, navega entre el caos a nivel global que desatan la aparición de varias criaturas con el insípido drama familiar que afrontan los personajes centrales.
Acá Sally Hawkins y Ken Watanaberepiten sus papeles de científicos de la agencia Monarch, a los que se suman Vera Farmiga y Millie Bobby Brown -cuya popularidad estalló con Stranger Things-, como la madre e hija secuestradas por un grupo terrorista luego del diseño de un artefacto para hallar a las criaturas diseminadas por el planeta.
Godzilla II: El rey de los monstruoscomienza con lo acaecido en San Francisco, cinco años atrás, en un panorama que reinstala al mítico monstruo japonés y revive a otras criaturas: King Ghidorah, el dragón de tres cabezas; Rodan, el demonio de fuego y Mothra. Todas emergen a la superficie para entablar una batalla épica -la trama asegura que Godzilla abandonó Argentina y se dirige a México-.
El filme apuesta a la espectacularidad de las peleas -por momentos resultan cansadoras y reiterativas- y queda un paso detrás del filme anterior, poniendo en primer plano la perseverancia y valentía de Madison -Millie Bobby Brown- por mantener la unidad de la familia.
Hay más luchas entre Titanes que suspenso y más chisporroteo visual que tensión. La película, que cuenta con muy buena factura técnica, deja el recuerdo del Godzilla original caminando entre maquetas y destruyendo todo a su paso con efectos rudimentarios. Después de Kong: La isla calavera, que también integra este universo de monstruosidades, se suma la referencia del gigantesco gorila como un pintoresco detalle de lo que vendrá.