Secuela del éxito de 2014, "Godzilla II: El rey de los monstruos", de Michael Dougherty, no sólo repara varios de los errores de su anterior entrega; finalmente le encuentra el tono exacto a una búsqueda que Hollywood emprendió hace décadas. Hay géneros o estilos que se asocian directamente con una cultura y su país de origen. Las artes marciales, los mechas, y el Kaiju, pertenecen a Oriente, principalmente a Japón.
Internalizados en su cultura, de enorme popularidad. Hace décadas que Hollywood quiere meter su cuchara y replicar este estilo para meterse en una cultura que le es ajena, y también llevarla al resto del mundo (Occidente). Con las artes marciales y los Mechas - robots gigantes tripulados por humanos – tuvieron mejor suerte (con los Mechas parcialmente); pero los Kaijus resultaron un hueso duro de roer.
Para quienes no sepan qué es un Kaiju, nos referimos burdamente a las películas de monstruos gigantes – o kaijus – atacando gente en una gran ciudad. King Kong fue lo más similar que Hollywood creo en este sentido, pero no mantiene los mismos códigos. El máximo exponente de los kaijus, Gojira, traducido a Occidente como Godzilla, es un objeto de obsesión para la meca del cine de este lado del mundo.
No solamente adquirieron los derechos del film japonés original de 1954 para distribuirlo en todo Occidente, cambiándole el nombre (como ya establecimos), sino realizándole un nuevo montaje acorde a sus intenciones.
Llegaron a algún acuerdo para que Godzilla pueda pelearse en alguna película contra King Kong en una búsqueda de equipararlos; y trataron de crear su propia versión o remake del personaje.
Todos nos acordamos del alemán más yanqui, Roland Emmerich queriendo hacer en 1998, un Godzilla que tenía más de "El mundo perdido: Jurassic Park" que de "Godzilla"; y en 2014 parecía que iba a haber revancha cuando la propia compañía Toei intervenía en una nueva adaptación que prometía en los papeles ser más fiel. El resultado fue un film muy taquillero pero que dejó contestos a pocos.
Mucho drama familiar irrelevante e inverosímil, un amague constante e irritante en mostrar a las criaturas, y un juego de niebla y sombras que hacía que lo que queríamos ver, no se viera. El taquillazo abrió las puertas a un nuevo universo de películas (una especie de monsterverse, o kaijuverse), pero había que hacer borrón para volver a conquistar y generar expectativas.
La fe se renovó hace dos año con la satisfactoria "Kong: La isla calavera"; y se confirman con creces en "Godzilla 2: El rey de los monstruos". Primer medida, adiós director y guionista. Hay que hacer todo nuevo. Garreth Edwards, Max Borenstein, y Dave Callahan; fueron remplazados por el menos pretencioso Michael Dougherty en dirección, y Zach Fieds en el guion.
¿Cómo sigue el asunto? "Godzilla 2: El rey de los monstruos" se ubica años después de los hechos de la anterior entrega. Otra vez el centro vuelve a ser una familia, y con un matrimonio de científicos, pero no teman, no van a ver nada de la telenovela anterior.
Una primer secuencia nos establece que Mark y Emma Russell (Kyle Chandler y Vera Fármiga) perdieron un hijo en el ataque de Godzilla. Actualmente Emma vive con la otra hija de ambos, Madison (Millie Bobby Brown), y Mark está apartado del hogar luego de atravesar una etapa autodestructiva y continuando su tarea de campo como zoologo investigador.
Un detalle, Emma, que es bióloga, y Madison; viven en una suerte de vivienda bunker en medio de una selva en China dentro de una reserva ecológica privada ropiedad de la coroporación Monarca, que les sirve para investigar a las nuevas especies gigantes.
Emma diseño un sistema llamado Orca, que permite, mediante la mezcla de distintas ondas sonoras animales, comunicarnos con los kaijus, con la idea de lograr convivencia. Pero algo ocurre, un grupo comando, liderado por el activista Jonah Alan (Charles Dance) interrumpe, desbarata los planes en los que están involucrados los militares y se llevan a Emma y Madison junto al prototipo comunicacional.
Mark es advertido, regresa, y se une a los doctores Serisawa (Ken Waranabe), Graham (Sally Hawkins), Stanton (Bradley Withford), y Chen (Zhang Ziyi); además de los militares que comandan el operativo.
Paralelamente, surge una nueva amenaza, un nuevo kaiju, que se une a los tres ya existentes, y parece más despiadado y letal que los otros, la serpiente alada de dos cabezas King Ghidora. Desde las primeras escenas notaremos que el drama familiar de los Russell, en esta ocasión, carecerá de un peso fundamental. Todos los personajes humanos serán piezas que están ahí en función del verdadero show, la rosca de monstruos.
Hasta ahora, el gran problema de Hollywood queriendo adaptar Godzilla era que quería trasladar su estilo, similar al de una película catástrofe, a una historia de neto corte en cultura japonesa, y el híbrido nunca es satisfactorio.
"Godzilla II: El rey de los monstruos" es un film de kaijus puro. Los humanos están para ser lazos conectores, correr, gritar (la mayoría de las veces, antes de ser comidos o aplastados), y espetar todo tipo de frases de manual sin demasiado sentido. No, no intenten analizarla de ningún modo en sentido serio.
Las películas kaijus tienen un importante grado de comedia y delirio, y en este código encontramos a "Godzilla II: El rey de los monstruos". Algunos personajes pegan un giro, y la justificación de su accionar no tiene sentido; y no importa, es lo que queremos ver. Serisawa, un personaje que regresa de la primera película, encuentra el tono que en la anterior no hallaba por ser demasiado seria.
Un científico japonés que cada frase que arroja es una suerte de mantra o frase hecha; acá redobla la puesta, sus frases son mucho más obvias, pero se nota una autoconsciencia en hacerlo exacerbado, y hasta expresarlo abiertamente en alguna línea de diálogo. Como si no fuese suficiente con Serisawa, Chen, es otro personaje en la misma línea. Dos puntos muy altos de la película, reforzados por la presencia de los astros japones Ziyi y Watanabe.
Esta vez, a los kaijus sí que se los ve bien, y sus diseños son increíbles. Por fin podremos ver a Godzilla, Mothra, Rodhan, y King Ghidora, pelear como se debe, sin amagues, con buenos efectos, y un apartado visual, y sobre todo sonoro, que la hacen ideal para ser vista en la mejor pantalla posible ¿IMAX, 4D? Bienvenido.
La historia de los kaijus es respetada casi a rajatabla, se habla de los dioses ancestrales, de los reconstructores de equilibrio original, del alienígena que viene a romper con ese orden, y Godzilla se muestra como el protector que queremos,. Se nota la preocupación por ser fieles. Aquellos que no estén familiarizados con el estilo kaiju, quizás le encuentren varios errores relacionados a la falta de lógica.
Esta película es para fans. Los kaijus no tienen lógica, son monstruos rompiendo ciudades, y cuanto más delirio incongruente haya, mejor. Está la música, y los guiños de todo tipo, para que el seguidor de Godzilla aplauda.
También se va a sentir la presencia de Kong para la ya anunciada secuela. Dougherty, que ya había demostrado saber manejar films de género con mucho entretenimiento como "Trick or Treat" y "Krampus", es el director ideal para esta propuesta que ni intenta tomarse seriamente. El ritmo no se detiene nunca, no es convulsiva, pero sí muy enérgica; los gags se disparan contantemente, y la mayoría son muy efectivos.
El elenco, plagado de figuras importantes, todos están al servicio de lo que pide la película, sobreactúan, se creen sus parlamentos ridículos, y se les nota la química de estar pasándola bien. El único que pareciera sobrar es Thomas Middleditch como un innecesario e ineficaz comic relief, en una película en la que todos están graciosos naturales, y más certeros.
La sala vibra ante cada golpe o sacudida, se llena de colores con cada enfrentamiento, y nosotros aplaudimos, "Godzilla II: El rey de los monstruos" es justo la película que queríamos ver, máxima diversión. Long live the King.