Luego de los eventos vistos en la primera entrega, surge la organización Monarch, que se encarga de estudiar a los diferentes titanes que van saliendo a lo largo del planeta. Mientras tanto, un eco terrorista, Alan Jonah, se dispone a despertar a estos monstruos gigantes, entre ellos, el alfa y peligroso Ghidorah.
No fuimos pocos los que al terminar de presenciar la entrega pasada de Godzilla, nos sentimos bastantes decepcionados. No solo porque al enorme lagarto apenas lo vimos en pantalla, sino que las actuaciones de los personajes humanos eran desastrosas. Eso, sumado a una muy discreta performance de Kong: La isla calavera, nos provocaba poco hype este universo compartido de monstruos. Por suerte alguien tomó nota de todo esto, y al fin, nos dieron una digna entrega del Rey de los monstruos.
Godzilla: el rey de los monstruos es lo que toda monster movie debe ser. Presenta a los monstruos, los muestra en pantalla en todo su esplendor, y nos ofrece grandes secuencias de pelea entre los enormes bicharracos. Y es que por más que esto suene simple, parece que pocos son los cineastas que se dan cuenta que esto es lo que la gente quiere ver a la hora de pagar una entrada de dicho subgénero en el cine.
Pero también se cometen algunos de los errores vistos en la anterior entrega. Principalmente el de darle demasiada pantalla a los personajes humanos, con sub tramas familiares y de redención que poco le importa al espectador, que solo quiere ver a monstruos rompiéndose la cara. Y de todos los intérpretes que reciben innecesarios minutos, sobresale Millie Bobby Brown.
Nuestra querida Eleven es quien más tiempo en pantalla tiene; y si bien su actuación no es desesperante por ser un personaje insufrible, ni pésima por no tener talento; tampoco la vemos demasiado alejada a lo que hace en su serie.
De todas formas, esto no implica que Godzilla, Mothra, Ghidorah y los demás titanes tengan su tiempo en pantalla para sacarse la madre. Y podemos ver todo con lujo de detalle, sabiendo donde se encuentra cada monstruo, e incluso los molestos personajes humanos. Aunque de nuevo, queda poco claro los tamaños cambiantes de los bicharracos, así como dependiendo la epicidad que se quiera dar a la escena, pueden caminar por determinadas superficies, a los segundos, hundirse en ellas.
Godzilla: el rey de los monstruos es un paso adelante en este forzado universo compartido. Entretenida pese a sus dos horas, y con la destrucción que uno podría esperar de una monster movie, mejora varias de las falencias de sus predecesoras; aunque sin ser ninguna genialidad. Lo dicho, entretiene y listo.