El universo Kaiju es uno de los más fructíferos en el cine de ciencia ficción, pero recién en los últimos años se empezó a popularizar en occidente con películas tales como las de la saga Pacific Rim o Godzilla, por supuesto.
Como espectador hay que hacer unas cuantas concesiones cuando se ve una película de este tipo dado a que hay una ausencia total de verosímil.
Por ello, una vez que entrás en código se disfruta más, y serán los fans de este género y de Godzilla los que sabrán a ciencia cierta qué le sobra y qué le falta a este film.
Ahora bien, sobre este estreno en particular debo decir lo siguiente: primero y principal, las escenas de los humanos importan poco y nada, y segundo, por momentos las escenas de destrucción pueden resultar abrumadoras.
Si bien la historia es lo que uno espera, amén de un par de giros que resultan interesantes, los diálogos son muy pobres y demasiado artificiales, incluso teatrales.
Tampoco ayudó en esas secuencias el pésimo cast de reparto armado, respondiendo a todos los requerimientos políticamente correctos y coyunturales del momento.
Primero habla un asiático, le responde una afroamericana y luego un latino. Algo que se repite varias veces.
El elenco principal está bien, pero tampoco se luce. La mejor es Vera Farmiga, escoltada por una Millie Bobby Brown que aporta su popularidad adolescente por sobre encima de su papel, y Kyle Chandler, de quien no se puede decir nada. Ni bueno ni malo.
Pero si comparamos este elenco con el de la anterior: Bryan Cranston, Juliette Binoche, Elizabeth Olsen y Aaron Taylor-Johnson, hay un claro desajuste, por más que ellos tampoco habían brillado en su momento.
Las figuritas repetidas son Ken Watanabe, quien ama decir “Gojira” a cada rato, y Sally Hawkins.
La dirección es por parte de Michael Dougherty, de amplia trayectoria como guionista, y que viene del palo del terror como director en geniales films tales como Trick ´r Treat (2007) y Krampus (2015).
Aquí hace una buena puesta, pero los artificios priman en lugar de su personalidad y marca, tal como se podía ver en aquellas películas citadas.
Esto es un festival de (buen) CGI más escenas de diálogos compuestas por planos y contraplanos.
Pese a lo señalado, la película se disfruta bastante, porque su razón de ser (monstruos peleando) está bien explotada, y siguen construyendo un universo interesante.
La próxima será el enfrentamiento con King Kong, que a priori me parece que el simio cuenta con bastante desventaja, así que tendrán que inventar algo… Y eso me da mucha curiosidad.