Lucha de gigantes.
“Un duelo salvaje advierte lo cerca que ando de entrar, en un mundo descomunal”… dice la canción de Nacha Pop, y no justamente para referirse a los gigantes más terribles del cine, Godzilla vs. Kong. Pero su poesía para describir un mundo de sentimientos íntimos, bien se emparenta (literalmente) con el enfrentamiento del dulce de Kong y el radioactivo de Godzilla. La adjetivación de los titanes nos da una pista para cuál de los se inclina un poco más la balanza en la cinta de Adam Wingard.
El encuentro, sin dudas, es uno de los más esperados del año. Aquí, King Kong se encuentra contenido en un mega hábitat diseñado para su supervivencia, pero el instinto es más fuerte y se da cuenta de que ese no es su hogar. Godzilla vaga por las profundidades del océano, hasta que de un momento a otro, decide atacar a los humanos. Por lo que en una investigación secreta que avala la famosa teoría de la tierra hueca (que se menciona en Kong: Isla Calavera), con la intención de detener los ataques del mega lagarto, deciden llevar al simio al que se supone es su verdadero hogar, donde están sus orígenes. Pero claro que hay otros intereses corporativos detrás.
No desesperen, que las batallas entre los titanes son varias y espectaculares. La música y los fx disponen a la perfección el escenario para que estos se enfrenten. Piña va piña viene, los muchachos nos entretienen. En las peleas hay vértigo y una dosis de acción legendaria y embriagadora. En este aspecto, pulgar para arriba para Wingard.
También tenemos dos tramas paralelas en la película, relativas a los humanos. Esta el team Kong, con la doctora Ilene Andrews (Rebecca Hall) de Monarca y la pequeña Jia (Kaylee Hottle); y al team Godzilla, con Madison Russell (si, nuestra Millie Bobby Brown), a la cabeza. Sin dudas es aquí donde flaquea la película, en el tratamiento de personajes sin demasiado relieve, y que no toman las mejores decisiones ni las más inteligentes. Se descuida este aspecto, poniendo todo el peso protagónico en la acción entre los monstruos.
Dos kaijus alfas con una historia y tanta mística que emocionan de solo verlos en la pantalla, enfrentados, heridos, derrotados o también ayudándose. Por este motivo perdonamos una trama inverosímil, porque en las peleas la épica se palpita. Godzilla y Kong dejan todo en la cancha, van desde los puños a utilizar recursos como el aliento atómico y el hacha poderosa. La contienda más esperada del año no defrauda, solo resta disfrutar y elegir que lado estás.