Cumple con las reglas del juego de las películas de monstruos sin llegar a las alturas de Titanes del Pacífico, con quien comparte algunos climas y coincidencias, pero nada más. Aquí Godzilla es como una creación de la naturaleza que debe equilibrar los desastres que cometen los hombres en la tierra y cuando el desequilibrio vuelve a romperse con dos nuevos monstruos, vendrá él a salvarlos con su bella cresta y sabios ojitos. Por momentos, recuerda a Alien o la “homenajea”. A pesar de cierto gusto naif, hay que reconocer que entretiene a lo largo de dos horas y que seguramente tendrá éxito.