Otra típica cinta de terror llega a los cines, Golem: la leyenda, de Yoav Paz y Doron Paz, mezcla elementos conocidos de la cultura judía con la venganza y el suspenso.
Esta producción de Israel presenta la historia de un pueblo judío recluido y muy devoto. Unos hombres en contra de las costumbres de esa gente, los amenazan y los tienen como rehenes, ya que creen que la plaga que los afecta y ha matado a sus familias es culpa de las creencias del rabino y sus seguidores.
Para hacer algo al respecto Hanna, una mujer que ha estudiado la cábala, decide crear un golem, pero en vez de una criatura enorme y monstruosa hace un niño, al parecer, inocente a semejanza del hijo que ella perdió.
Obviamente todo se sale de control cuando el «niño golem» asesina no sólo a los usurpadores, sino también a todos aquellos que cree que quieren hacerle daño a él o a su figura materna Hanna.
En un clima que evoca a La bruja de Robert Eggers, pero sin la complejidad de esta, Golem: la leyenda trata de construir una historia basada en leyendas pero tampoco da tanto tiempo para explicarlas. Pareciera que cualquiera con un poco de conocimiento podría crear una criatura como el golem.
Los enemigos fuera del pueblo no parecen ofrecer mucha amenaza a los lugareños y la figura del jefe tampoco está desarrollada, para bien o mal, ni como victima ni como culpable.
En términos del terror, cae en los lugares comunes y el niño asesina de las maneras más ilógicas, incluso a veces repetitivas. Con un guion bastante predecible, los sobresaltos no son el fuerte de la película.
Golem: la leyenda de Yoav Paz y Doron Paz es un intento de mezclar algunos elementos clásicos (como la figura del maestro y la criatura) con la idea de los niños como representación del mal. No sorprende y su aspecto narrativo queda a medio camino, principalmente por flojas actuaciones.