El Golem, una criatura de las tradiciones judías creado por el rabino Löw, aparece tanto como salvador como verdugo, y esa creación cabalística hecha a partir de tierra y rituales aparece nuevamente en “Golem, la leyenda”, una película de los directores israelíes Yoav Paz y Doron Paz. Los cineastas regresan con una trama basada en tradiciones religiosas. Ya lo hicieron en su debut de 2015 con “Jeruzalem”, una película de terror sobre una pareja de estadounidenses de visita en esa ciudad que es víctima de ángeles del infierno.
La película transcurre en una comunidad judía cuya paz se altera cuando la peste comienza a hacer estragos en otra comunidad cristiana vecina. Desde allí llega un hombre con su hija agonizante para amenazar a los judíos de ser responsables de la enfermedad y por lo tanto a pedir una cura o de lo contrario los masacra. Pero una mujer, estudiosa secreta de la torá y de la cábala, es quien asume la responsabilidad del rabino Löw y recurre a sus conocimientos para defenderse del agresor.
Los directores, a diferencia de “Jeruzalem”, no apostaron por riesgos formales, pero lograron un filme consistente en todos los rubros técnicos. La película tiene una trama y personajes sólidos y bien interpretados que fallan cuando se subraya el suspenso y el drama.