Por mi hermano, lo que sea
Good Time: Viviendo al límite (Good Time, 2017) es una película dramática dirigida por los hermanos Josh y Benny Safdie. El primero de ellos la co-escribió y el segundo la protagonizó junto a Robert Pattinson. Compitió por la Palma de Oro en la Competencia Oficial del último Festival de Cannes, donde fue aplaudida de pie durante seis minutos.
Luego del intento fallido de robar un banco, Connie (Robert Pattinson) logra escapar pero su hermano Nick (Ben Safdie), quien tiene una discapacidad mental, choca con una puerta de vidrio y es esposado. Sabiendo que la cárcel es uno de los peores lugares en el que Nick puede estar, Connie deberá conseguir el dinero que le falta para poder sacarlo de allí.
Si hay algo para decir de esta película es que su título es totalmente irónico: no está hecha para que la pases bien en el cine sino todo lo contrario. Durante el transcurso de una noche Connie busca ayuda en diferentes personas, actúa por impulso y como espectador lo vemos hundirse cada vez más en un agujero que él mismo provocó. Los directores no se ocupan de darnos detalles sobre la vida de estos dos hermanos pero sí nos dejan en claro que Connie haría lo que sea para proteger a Nick. La determinación que le da Robert Pattinson a su personaje es notable y es gracias a esta producción que el actor logra alejarse de Crepúsculo (2008), saga que lo convirtió en una estrella hollywoodense. Aquí hace notar que puede meterse en proyectos independientes arriesgados y salir muy bien parado ya que en ningún momento al verlo actuar recordamos su faceta de vampiro enamorado.
Desde el principio la película maneja un ritmo que no da respiro, con una gran secuencia de robo al banco que mantiene la tensión y nos introduce para lo que se viene. La violencia tanto verbal como física se palpa en cada escena por lo que no es una película fácil de ver y/o digerir; hay momentos en particular que impresionan y no dan ganas de seguir viéndola, no porque sea mala sino por lo fuerte de su temática. La fotografía de Sean Price Williams junto a la banda sonora de Oneohtrix Point Never logran meternos de lleno en una faceta pocas veces vista de la ciudad de Nueva York: más realista, salvaje y oscura.
A medida que avanza la trama algunos hechos llegan a ser confusos y poco creíbles; la forma en la que el film está grabado, utilizando cámara en mano con primerísimos planos, consigue poner nervioso al espectador por la manera brusca de mostrar sus movimientos. La empatía hacia el protagonista es nula debido a que vive tomando decisiones erróneas o faltando el respeto hacia los demás, lo que genera que presintamos su destino.
Good Time: Viviendo al límite se convierte en un largometraje difícil de recomendar ya que no es para todo tipo de público. Si estás preparado para ver un thriller intenso, fuerte y que se va a quedar con vos luego de salir de la sala, adelante. Para las personas impresionables, mejor dejarlo pasar.