Al final de este viaje
No debe haber profesión que se ajuste más a su estereotipo que la del taxista. Parecería ser que el inmiscuirse en la vida ajena y el saber discurrir entre el clima y las posibles formas de preparar pescado al horno son condiciones sine qua non de cualquiera que se digne a ser un buen tachero.
El senegalés Solo no es precisamente la excepción que confirma la regla. Por eso no importa que tan poco hable su víctima pasajera, Solo habla por los dos. Lo poco que sabemos la víctima en cuestión, William, es en parte por algunos dichos suyos de dudosa veracidad y en parte por conjeturas del taxista. Lo único que deja claro el personaje es que se trata de un viejo solitario, esquivo y malhumorado que, además de haber cerrado sus cuentas bancarias, pretende ser llevado y dejado en una apartada montaña llamada Blowing Rock, donde el viento es lo suficientemente fuerte como para empujar a un hombre al cielo.
Por distintas razones, la necesidad de volar alto parece ser el común denominador de William y este taxista, que ambiciona convertirse en auxiliar de vuelo a pesar de que su latina y embarazada esposa se obstine en mantenerlo cerca y en tierra.
En su intento por hacer desistir a William de su viaje sin retorno, Solo se empeña en descubrir las motivaciones que oculta su cliente y para eso lo persigue, lo acosa con preguntas, lo presiona y revisa sus pertenencias. Lo que un psiquiatra no titubearía en catalogar como psicópata es, a los fines de este relato, un hombre de carácter bondadoso y solidario.
Lo cierto es que, mientras se acerca el día pactado para el ascenso al Blowing Rock, entre estos dos personajes nace una suerte de extraña amistad. Goodbye... confronta, en tono poético y sencillo, a la idiosincrasia de estos dos personajes evidenciando sus distintas realidades, sus modos de ver el mundo, sus sueños y expectativas ante la posibilidad de tomar las riendas de sus propias vidas.
Goodbye… es mucho más que las diferencias entre reggae y country, es mucho más aún que un fresco sobre las condiciones de vida de los inmigrantes en USA. Y en este sentido, tampoco alcanza con hablar de la excelente fotografía o las inmejorables actuaciones. Es más bien un viaje por un camino sinuoso que quieran o no, les toca recorrer juntos. Es un viaje sobre las motivaciones que impulsan a seguir o detenerse, sobre frustraciones y pérdidas y, sobre todo, sobre la necesidad de ser dueño de su destino.