Intento de comedia romántica, con aires de profundidad que termina haciendo agua por la poca empatía que logran los personajes principales y el desnivel argumental entre el drama y los momentos de humor. Y queda claro que el mayor problema es el texto original, porque los actores, se muestran solventes y creíbles, Mark Ruffalo y Gwyneth Paltrow se valen de su enorme ofició, logrando ser naturales y realistas pero poco graciosos.