Con 20 minutos menos sería una gran comedia
La adicción al sexo sigue sin ser un tema muy común en el cine, y el mayor mérito de "Gracias por compartir" es abordarlo desde un punto de vista lo bastante humorístico como para volverlo fácilmente asimilable por el público.
Mark Ruffalo, en otra de sus buenas actuaciones, es el adicto al sexo que luego de años de recuperación es empujado por su consejero Tim Robbins a que vuelva a intentar alguna cita romántica. La elegida es Gwyneth Paltrow. Su personaje no tiene adicción pero sí una fobia: es fóbica a los adictos ya que su novio anterior era alcohólico, y saber de la adicción al sexo del protagonista la lleva a negarle su oportunidad al galán. Eso en principipio, porque luego le da una nueva chance para probarse a ella misma que es "una persona profundamente sexual" en una escena algo disparatada con bailes sensuales y lingerie erótica.
A Stuart Blumberg, guionista de películas como "Los chicos están bien" y la serie "MadTV", convertido ahora en director, le cuesta mantener el tono en su opera prima, igual que el foco en los personajes centrales y cuáles son los conflictos principales de la película. Se desconcentra y el film empieza a tener menos gags, a volverse menos divertido y a resultar excesivamente largo. De hecho, unos veinte minutos menos no le hubiera venido nada mal.
Con todo, los momentos en los que sí logra enfocar bien el tema son interesantes y dan lugar a gags originales y entretenidos, igual que el personaje de Tim Robbins, que casi vuelve la película totalmente recomendable.
Otro detalle interesante es la presencia de la cantante Pink en una curiosa y breve aparición actoral.