El guionista Stuart Blumberg, creador de Más que amigos, La vecina de al lado y Los Niños están bien (The Kids Are All Right), por la que llegó a ser candidato al Oscar, incursiona en la dirección con esta comedia dramática que aborda en forma ligera y algo divertida, la particular adicción al sexo y el drama que viven esos personajes sometidos al deseo compulsivo y a la terapia de grupo de por vida.
La película narra paralelamente la historia de tres hombres asistentes al grupo de adictos, vinculados entre sí por ser “padrinos” unos de otros, y como enfrentan sus problemas.
Adam (Mark Ruffalo), un profesional exitoso quien lleva cinco años de “sobriedad” sin ver pornografía, prostitutas ni citas, que intenta comenzar a reconstruir su vida tras conocer a Phoebe (Gwyneth Paltrow); Neil (Josh Gad), un enfermero a punto de perder su trabajo por su adicción y Mike (Tim Robbins), un hombre con una larga historia de adicciones que ha logrado rehacer su vida familiar con su esposa Katie (Joely Richardson) pero que guarda un pasado conflictivo con su hijo.
Muy distante de la profundidad temática sobre las adicciones y el potencial visual de Shame: Sin reservas, la película de Steve McQueen con Michael Fassbender, y lejos de Entre sus manos (Don Jon), la diferente e interesante propuesta de Joseph Gordon-Levitt, Gracias por compartir propone una mirada bastante superficial sobre esta adicción tan particular a través de un relato que oscila, de forma alternativa y sin unirse, entre los mecanismos de la comedia romántica y el drama familiar, reduciendo a romance la relación de Mark Ruffalo y Gwyneth Paltrow, a drama familiar la de Tim Robbins y su hijo, y a culto a la amistad la del enfermero Josh Gad y la cantante Pink.
Si bien Blumberg sabe construir ironías en sus diálogos, las situaciones demasiadas trilladas y el relato políticamente correcto y aleccionador sobre las adicciones contemporáneas y los grupos de autoayuda, circunscriben la película al estupendo reparto, cuyas relaciones fluyen con total naturalidad creando la conexión con el espectador para poder disfrutar de esta simpática película que rápidamente olvidaremos.