De amor y otras adicciones
Si bien algunos prefieren presentar comercialmente Gracias por compartir como una comedia romántica, se trata en verdad de un melodrama con el centro puesto en el tema de las adicciones. En forma predominante se aborda la adicción al sexo, pero no sólo esa: al alcohol, a las drogas, a la comida...
El protagonista (Mark Ruffalo, más atractivo que nunca) está en recuperación de su adicción al sexo, para lo cual comparte un grupo de rehabilitación, bajo el padrinazgo de un ex alcohólico (Tim Robbins). Adam evita caer bajo el bombardeo estimulante de las imágenes sexies que abundan en los carteles de la vía pública, así como mirar a mujeres con poca vestimenta, o la televisión o Internet. En paralelo, se viven otras subtramas, que por momentos cambian de tono y devienen farsa, historias de otros miembros de su grupo, quienes también libran duras batallas contra sus obsesiones (Josh Gad, Alesia Moore), o su orgullo (Robbins). El problema se presenta cuando Adam, después de haber permanecido sobrio durante cinco años viviendo casi como un monje, conoce a una mujer (Gwyneth Paltrow) con quien inicia un tipo de relación distinta de las que le eran habituales. Pero ella ha jurado no volver a unirse a un adicto.
Ahora el cine propone otra mirada sobre los prejuicios o prevenciones que despiertan estas adicciones, sobre la pérdida del control de los pacientes, quienes se ven obligados a hacer algo que no quisieran, es decir, que viven un conflicto trágico dentro de ellos mismos. Y lo que significa el juicio del otro, más ocupado en mirar a los demás que en observar sus propias limitaciones. En este sentido, resulta interesante la figura del coordinador que encarna Robbins, quien apuesta por la fuerza de la voluntad, montado en el orgullo de su propia recuperación, y quien, como todos, tendrá sus propios quiebres. Porque en su mirada sobre la adicción el film muestra cómo todos somos frágiles, tenemos nuestras propias subidas y bajadas. La esposa está interpretada por Joely Richardson, hija del director Tony Richardson y de Vanessa Redgrave.
Gracias por compartir es la opera prima de Blumberg, guionista con Lisa Cholodenko de Mi familia (The Kids Are All Right), gran comedia en la que también actuaba Ruffallo. El director y su coguionista practican el trazo grueso, presentando las adicciones con demasiadas generalidades y sin detenerse un momento a profundizar en sus causas. Tampoco pueden evitar caer en el didactismo convencional al que Hollywood nos tiene acostumbrados, en un final que no convence a nadie y que ablanda un film que presentaba todo el drama real. Sobre este tema es preferible Shame, notable film de Steve McQueen que presenta el problema de una manera más lacerante que Blumberg.