La liviandad del ser
Crónicas de rehabilitaciones anunciadas
El cine norteamericano de los últimos tiempos parece tener una grave falencia narrativa en materia de abordaje de ciertas cuestiones.Algo así como una pacatería extrema al momento de mostrar las relaciones enfermas con el sexo, los desnudos y las relaciones interpersonales. Ya tuvimos una fallida muestra de enfoque del tema con el debut como director de Joseph Gordon Levitt y su olvidablemente tibia Entre sus manos , daría la sensación que la industria se averguenza de mostrar la crudeza de las adicciones como realmente son y en cambio nos muestra una mirada edulcorada y artificial sobre el recorrido del camino de héroe que transitan estas almas sin rumbo
Lo extraño es que la direccion de Gracias por compartir estuvo a cargo de Stuart Blumberg quien ya nos había entregado inteligentes miradas sobre relaciones peculiares como lo fueran Mi familia y Divinas Tentaciones ,sin embargo su paso del guión a la dirección no fue tan fructífero como esperábamos y en este film parece haber sido apoderado por la excesiva tibieza de la industria y termina realizando un producto que sin ser malo carece de una identidad propia.
El film nos narra la historia de diversos personajes que se encuentran en un periodo de readaptación social : Phoebe ( Gwyneth Paltrow) es una enferma de cáncer en recuperación que ha tenido una experiencia traumática con un alcohólico. Adam ( Mark Ruffalo), Mike ( Tim Robbins) , Neil ( Josh Gad ) y Dede ( la cantante Pink ) pertenecen a un grupo de apoyo al estilo de Alcoholicos Anónimos que brinda contención a personas con desordenes de índole sexual.La actitud de estos hombres y mujeres frentes al sexo es casi de asepsia, no aprenden a lidiar con la pulsión sino a evitarla constantemente
La sanidad del personaje de Adam pasa exclusivamente por un celibato autoimpuesto que lo lleva a no mirar televisión o internet por temor a sentirse atraído hacía la tentacion de una eventual recaída .De esta forma estos seres atormentados se convierten en errantes sin destino más que evitar la colisión con su propia naturaleza, viviendo una rutina que siempre está bordeando su autodestrucción.
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Así el tono del film , desde lo narrativo repite el esquema mental de los adictos: la moderación absoluta. Sin ser aburrida tampoco divierte y sin ser dramática tampoco conmueve. Ese modo gris del relato con esporádicos chispazos de alguna escena efectiva , es salvado por las actuaciones de sus interpretes que tal vez sean el mayor acierto del fallido film.Gracias por compartir es una frase hecha , correcta y de uso corriente para agradecer la deferencia de un tercero sin demostrar demasiada emoción. Exactamente eso es la opera prima de Stuart Blumberg: cortesía, buenos modos y frases hechas, nada de eso está mal,pero a veces un poco de incorrección política es necesaria en medio de una industria tan chata como predecible.