El sexo y otras adicciones
La carrera de Stuart Blumberg despegó en el 2010 cuando escribió, junto a Lisa Cholodenko, The Kids are All Right, una comedia dramática que contaba la historia de una pareja de mujeres homosexuales y la relación con sus hijos. El film recibió nominaciones de todo tipo –participó en cuatro categorías en los Oscar- y hasta se llevó dos Golden Globes. Es por eso que, cuando se anunció la realización de Gracias por Compartir, el primer proyecto dirigido por Blumberg, las expectativas eran altas.
Sin embargo, aunque la temática sin dudas llama la atención, la película falla en varios niveles. Gracias por Compartir sigue a tres individuos que a primera vista parecen tener poco en común, pero a los que en realidad une una misma cruz: la adicción al sexo.
Adam (Mark Ruffalo), es un exitoso consultor ambiental que logró domar a su adicción hace cinco años, pero que, tras enamorarse de Phoebe (Gwyneth Paltrow), teme perder el control y volver a adentrarse en las acciones que lo llevaron a tocar fondo en su pasado. Por otro lado tenemos a Mike (Tim Robbins), un empresario casado desde hace años que vuelve a encontrarse con su hijo, que heredó de su padre su debilidad, pero por las drogas. Por último conocemos a Neal (Josh Gad), un médico que tiene el hábito de acosar sexualmente a mujeres en el subte y hasta a su propia jefa.
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Mark Ruffalo y Tim Robbins son dos adictos al sexo en recuperación.
De Gracias por Compartir podemos decir que trata de ser honesta, aunque termina siendo demasiado melosa y suave para ser realista. Nadie pretende que Ruffalo se meta en la piel de Michael Fassbender en la explosiva Shame de Steve McQueen, pero el hecho de que los personajes estén "sufriendo" por una enfermedad que supuestamente entorpece sus relaciones interpersonales por motivos que terminan siendo muy blandos, hace que el filme sea difícil de tomar en serio.
Cabe destacar la actuación de la cantante Pink como Dede, que, a pesar de no tener casi experiencia en el cine, provee la interpretación más convincente y conmovedora en sólo unos minutos de pantalla, pasándole por arriba a sus coprotagonistas más experimentados.
Pero, aunque Gracias por Compartir sea bienintencionada, y su premisa es innegablemente original, toda la película termina cayendo en lugares comunes de peleas y reconciliaciones que, sinceramente, están muy alejados de lo esperado del escritor del brillante largometraje indie, The Kids are All Right.