En terapia
Adam (Mark Ruffalo) es un consultor en cuestiones ambientales, Mike (Tim Robbins) un maestro mayor de obra (ponele) y Neil (Josh Gad) médico de un hospital. Estos tres chochamus integran un grupo de autoayuda de adictos al sexo. Y todos ahí pensamos esbozando una sonrisa socarrona: ¿Pero qué cazzo tiene de malo ser adicto al sexo? Y ahí entra Gracias por Compartir cuán Troy McClure para mostrarnos que vivir sin poder mirar publicidades en la calle, sin internet, sin televisión y hasta sin poder viajar en subte para evitar al máximo las “tentaciones” no estaría taaaan taaaan copado. Y si nos quedan más dudas habría que preguntarle a Miguel Ángel Russo qué onda es ser un “enfermo del sexo” (?).
Esta ópera prima de Stuart Blumberg, guionista de Divinas Tentaciones y The Girl Next Door, sigue en la línea de tratar con naturalidad (al igual que en Mi Familia, film del cual fue co-escritor) y sin ahondar con excesivo dramatismo, los problemas sociales que pueden sufrir las personas ninfómanas u, en el caso de Mi Familia, homosexuales. O sea, Blumberg cuenta el problema de vivir en una sociedad totalmente expuesta a constantes estímulos sexuales y, aunque no profundice demasiado, es lo suficientemente concreto y sencillo como para que su cometido se haga realidad.
En Gracias por Compartir hay de todo para el bolsillo del caballero y la cartera de la dama. Tenemos al gordo freak (Gad) de casi 30 años que pierde todo por ser alto jeropa que le grabó (y fue pescado) un upskirt a su jefa. También está la chica excéntrica (interpretada por Pink, que tiene dos escenas impostadas a full de baile y canto pero que funcionan en parte) que además de ser adicta al sexo es también una re drogona en recuperación.
Además está en el grupo un hombre bonachón que ronda los 40 años (un Ruffalo que siempre da bien con el rol de tipo común) que reza antes de levantarse, es exitoso en su profesión, y que tiene alto departamento pero que no mete un revolcón o una japa desde hace 5 laaaargos años. Está además la flaca ideal (una Gwyneth Paltrow cada día más desenvuelta y sensual), por copada, por linda, por rubia, para retomar las manualidades y casarse, que parece recontra perfecta pero que es un tanto obsesiva con el morfi y con salir a correr. Algo acorde a estos tiempos donde la plaga de runners acecha al mundo con ponerle pantalones cortos y zapatillas deportivas fluorecentes. Estos dos vendrían a ser el centro romántico de la película.
Mark Ruffalo siempre da bien con el rol de tipo común.
Y por último, por si ninguno de los demás integrantes te generó empatía, tenemos al tipo cincuentón (un Robbins en piloto automático) que le contagió hepatitis C a su mujer y que se lleva como el orto con su hijo (Patrick Fugit, que también es adicto en recuperación) pero que es ídolo de todos los “patrocinados” que tiene a su cargo.
Gracias por Compartir presenta todos los conflictos con tanta ligereza que por un lado, resulta totalmente amigable y querible, y por el otro, trivial y obvia. La cuestión es que por no intentar trascender o ser distinta, termina por fallar en su espíritu jovial junto a esta banda de puñeteros seriales los 12 pasos hacía la superación y la felicidad.