El cómic, según el ojo de Disney
Basada en una historieta de Marvel, la trama combina muy buena acción y emoción genuina.
¿Qué es lo que diferencia a Grandes héroes de otras películas recientes de los estudios Disney? Una estética de manga y mucha tecnología futurística, en una película que no es la antítesis del último cuento de hadas de la empresa (la taquillera Frozen), pero claramente deja su marca propia.
Hablamos de manga y hablamos de San Fransokio -así, sin explicaciones mediante-, que es la ciudad donde transcurre la acción y donde vive Hiro, el protagonista. Japón y los Estados Unidos juntos, pero no mezclados sino combinados, y el toque Disney para que Hiro sea huérfano y por ahí pueda perder a otro pariente cercano. Nada nuevo.
Hiro es algo así como un nerd, pero con onda. Un innovador solitario. Fabrica sus propios robots y los hace participar (y ganar) en combates ilegales. Su hermano mayor Tadashi trabaja en un grupo de elite en una compañía de robótica junto a otros talentos -¿metáfora sobre Silicon Valley, quizá?- y logra entusiasmar a Hiro, pero -sin peros estas películas no avanzan- ocurre un imprevisto y el invento revolucionario de Hiro -los microbots- queda en la nada.
O no.
Grandes héroes tiene humor, momentos de una negritud en los que se empapa del manga japonés, y esa relación entre Hiro y Baymax, el robot "sanador", que se parece al logo de Michelin, o al muñeco de Los Cazafantasmas, o -mejor- a Totoro, creado por Hayao Miyazaki, que Tadashi le lega a su hermano menor.
Es en esa relación donde la película de Don Hall y Chris Williams (este último director de Bolt, el perro que se creía con superpoderes) gana, y en la eterna pregunta de si los robots pueden tener sentimientos donde el filme, desde la perspectiva que la ciencia ficción, y la animación moderna le permiten, saca buen provecho. Cómo el sentimiento de pérdida puede jugar en contra a cualquiera, y que recluirse o encerrarse no es bueno, sino que es mejor compartir para salir adelante.
Hay un malvado que se esconde, que se apoderó de los microbots, y Hiro y los antes compañeros de Tadashi, más Baymax, conformarán ese sexteto al que hace alusión el título original de la película. E irán tras él.
La devoción que John Lasseter, de Pixar y Disney, tiene por Miyazaki paga aquí su tributo, con el robot sanador como mencionábamos, más un guiño hacia Stan Lee, -Grandes héroes se basa en un olvidado cómic de Marvel- y porque en definitiva puede no haber nada nuevo bajo el sol, pero la renovación, o el regurgitar, no están mal vistos si tienen buen olor y color como aquí.