YO, ROBOT
El clasicismo conservador sobre el cual Disney basó su imperio hacía rato que necesitaba una brisa de aire fresco, una renovación y actualización de historias y lugares. No olvidemos que la gran mayoría de los cuentos populares en los que se basó la empresa del gran Walt se publicaron hace casi ya 200 años. De esta manera, llegamos a la compra de Pixar, que no solo garantizó la actualización de sus técnicas de animación, sino también la excelencia en su ejecución. Consciente de que el universo que nos regaló Toy Story era algo independiente, Disney decidió reversionar sus propias historias. Y ahí tenemos a La Princesa y el Sapo (Ron Clements, John Musker, 2009) que con la presentación de una protagonista afroamericana quebranta aquel sesgo racista que rondaba Disney, también Encantada (Kevin Lima, 2007) con personajes de carne y hueso en la New York contemporánea, y la fallida reescritura de La Bella Durmiente en la Malefica (Robert Stromberg, 2014) de Angelina Jolie. Sin embargo, dejando de lado la adquisición de Lucasfilm Ltd. (dueña de la franquicia de Guerra de las Galaxias) hace cinco años, el movimiento más beneficioso en términos creativos y económico-financieros fue la compra de Marvel Entertainment en 2009.
Si, casi que Disney es dueño de la cultura pop.
Grandes Heroes (Big Heroe 6) está basada en un comic homónimo de Marvel, publicado por primera vez en 1998 y, pequeño detalle, es para adultos. Cabe recordar que los cuentos de los hermanos Grimm lejos estaban de ser felices o dirigidos a los más chicos, ¿o nos olvidamos de las referencias sexuales explicitas y actitudes paternales cuestionables? La realidad es que largometraje de Disney/Marvel versa sobre las aventuras de Hiro Hamada, un adolescente prodigio que después de una tragedia personal (Disney siempre al servicio del trauma infantil) establece una relación particular con Baymax, un robot enfermero creado por su hermano. Así, Hiro, Baymax y un grupo de amigos intentará detener y descubrir la identidad del villano de turno.
Adaptada para el público infantil, si bien Grandes Heroes no escapa a lo peor del Disney más reprobable (muertes para justificar al aventura del héroe o protagonista, villanos cegados por la venganza y la sub-estimación de la figura femenina), sí logra atrapar lo mejor de Pixar y Marvel. Sobre todo en las referencias a Wall-E (Andrew Stanton, 2008) en el adorable Baymax, Toy Story (John Lasseter, 1995) en esa unión como base de la fuerza anímica y física, y en mucha menor medida a Marvel y Los Increíbles (Brad Bird, 2004) en el elogio del genero super-heroíco.
Don Hall (Winnie the Pooh, 2011) y Chris Williams (Bolt, 2008) en la dirección logran en Grandes Heroes un relato cálido basado en la inocencia carismática del robot, algunos buenos gags y una imaginería visual regaladas por una excelente animación. Aunque esté lejos de lo mejor que hayan hecho alguna vez Disney, Marvel o Pixar, Grandes Heroes es un llamado a aquel público infanto-juvenil que harto de las princesas y el medioevo, busca el entretenimiento en pingüinos y pequeñas criaturitas amarillas.