Nunca importa que la historia sea simple, siempre y cuando se sepa narrarla. Caso emblemático del director Alfonso Cuarón en su magistral “Gravedad”: una historia simple con un nivel cinematográfico excelente.
Si logro sumergirme por completo en el mundo que un director me propone y la historia logra tenerme atento en la butaca, sintiéndome satisfecho al finalizar, quiere decir que alguien logró lo que buscaba: el director encontró la forma para que “funcione” y el espectador sale asombrado ante las maravillas del cine.
La Dra. Ryan Stone (Sandra Bullock), una brillante técnica en medicina, en su primera misión espacial con el astronauta veterano Matt Kowalsky (George Clooney), a cargo de su último vuelo antes de retirarse. No obstante, la caminata espacial, al parecer de rutina, termina en catástrofe: la nave se destruye dejando a Stone y Kowalsky completamente solos y a la deriva girando en la vasta oscuridad. El silencio ensordecedor les dice que han perdido toda conexión con la Tierra...y toda oportunidad de ser rescatados. Cada bocanada de aire se lleva el poco oxígeno que les queda a medida de que el miedo se transforma en pánico. Sin embargo, el único camino a casa puede ser zambullirse en la aterradora inmensidad del espacio.
La fotografía del filme es espectacular. El cosmos inmenso nos hace perder la noción de orientación y gravedad (efecto que está muy bien logrado en todo momento) y las imágenes del planeta tierra visto a tantos miles de kilómetros de distancia nos ofrece fotos imperdibles. Aunque ese no es el fuerte. Las imágenes espaciales, el 3D (excelentemente trabajado, digno de un gran reconocimiento en Hollywood) y la sensación de inmensidad son los puntos más fuertes de este filme.
Obviamente que no sólo de fotografía vive la película, ya que cuenta con una gran actuación de Sandra Bullock quien vuelve a brillar en un papel protagónico y que promete como próxima candidata a los OSCARS. En su traje de astronauta, se carga todo el peso de la película para salir airosa nuevamente. Su respiración, su emoción, la desesperación y la falta de experiencia del personaje son transmitidos en un punto justo y sufridos por el espectador en demasía. El papel de George Clooney es bastante secundario, casi perdido en lo anecdotario, pero aporta su nombre y experiencia a un filme que cierra por todos lados.
El director ha sabido conjugar una serie de situaciones, una historia concreta y un grupo de técnicos y actores para lograr una gran obra cinematográfica como “Gravedad”, que seguramente estará dentro de las seleccionadas para “Mejor Película” al máximo galardón de Hollywood.