Peter Farrelly, co-director junto a su hermano de las clásicas "Tonto y retonto", "Loco por Mary" e "Irene, yo y mi otro yo", decide traer una historia bastante más madura y con un guión rico por donde se lo analice, pero sin dejar de lado esa esencia de hacer reír que siempre lo ha caracterizado. Al igual que algunas de las comedias mencionadas, vuelve a elegir la road movie como eje del relato.
"Green Book: Una amistad sin fronteras" está basado en hechos reales ocurridos en la década del 60. El talentoso pianista afroamericano Don Shirley (Mahershala Ali) contrata al rudo y tosco italoamericano Tony Lip (Viggo Mortensen) para que sea su chofer en una arriesgada gira por el Sur de los Estados Unidos. En esta aventura siempre deberán tener presente el "libro verde", que funciona como una detallada guía de los establecimientos de la zona en los que se puede alojar un afroamericano.
En el comienzo, se realiza una excelente y necesaria descripción del personaje de Tony Lip a quien, mediante una gran utilización del lenguaje audiovisual, se llega a conocer de inmediato. La presentación de Don Shirley es algo más sutil y se lo va desmenuzando a lo largo de todo el metraje. Sin embargo, de entrada se reconoce la disparidad de la dupla, lo que será la regla durante esta historia.
Justamente esta pareja es el gran fuerte de la película. La química generada entre los dos es espectacular. Esto se debe a un guión muy bien escrito donde cada personaje tiene su propia voz, que tiene ese particular chispa de humor firma Farrelly que le permite empatizar a la audiencia con cada uno de ellos, entenderlos, acompañarlos en este viaje que no se hace largo en ningún momento. Asimismo, existe un auténtico desarrollo de los dos que funciona a la perfección. Sin embargo, nada de esto hubiese sido tan efectivo sin el perfecto casting que se realizó. Lip y Shirley están hechos a medida para Viggo Mortensen y Mahershala Ali, quienes superan con expectativas su trabajo. Por algo está Viggo nominado al Oscar a mejor actor, y Mahershala, al mejor de reparto.
Desde lo técnico, lo que más deslumbra es la música (la de Shirley), con momentos muy refinados, y otros más chabacanos y populares. La fotografía es admirable, pero tampoco se destaca tanto como la de otras cintas.
Al igual que varias de las nominadas, existe un mensaje social que tiene que ver con el racismo, aunque aquí haya una mirada más de paz que de violencia, donde se busca la aceptación por encima del choque. De todos modos, el gran tema de la película, más que el conflicto racial, es el de la empatía, el entender al otro como es, aceptarlo más allá de las diferencias. Hay una necesidad de inclusión notoria en muchas secuencias de la película que, muchas veces tiene que ver con el racismo, pero en otras, no tanto.
"Green Book: Una amistad sin fronteras" es de esas cintas que, si bien no son originales desde la forma o hasta del contenido, están tan bien escritas y llevadas a la pantalla que es imposible que no agrade a cualquier tipo de público. Hace reír, llorar, reflexionar, a veces solo con detalles. Es de las mejores películas del año, y viene cosechando varios premios (entre ellos, Globo de Oro a mejor película de comedia), mientras está a la espera de cinco nominaciones al Oscar (mejor película, guión original, actor principal, actor de reparto y montaje).
Puntaje: 9/10
Manuel Otero