Gretel & Hansel: un siniestro cuento de hadas es una nueva adaptación a la fábula de los hermanos Grimm que tantas horas de historias audiovisuales nos dio. En este caso, y con la renacida productora Orion detrás, la historia busca dar un vuelco no sólo cambiando el orden de los factores en el título, sino también alterando el producto…
La película, dirigida por Oz Perkins y escrita por Rob Hayes (dos nombres con poco CV en sus espaldas) se centra en la magia, en las posibilidades que los encantamientos y poderes atávicos pueden ofrecer en una era oscura y sin la sobre-información que ostentamos hoy día. Pero también dialoga con los mandatos: el mandato de ser madre, el mandato de cuidar a tu familia y sobre todo a tener que ser una sirviente de los hombres si sos mujer.
En este escenario Gretel (Sophia Lillis, a quien vimos en It y ahora veremos en I Am Not Okay with This por Netflix) es una wild card, una mujer independiente y fuerte que no quiere someterse a los mandatos de la época, eso hace que tenga que abandonar su pueblo para buscar un trabajo junto a su hermano menor, Hansel (Samuel Leakey) una vez que su madre les abandona por no querer “entrar en el sistema”… que significa dejarte violar por un viejo sólo por el hecho de ofrecerte un techo y matrimonio. Así, ambos hermanos, parias del sistema comienzan a vagar hasta llegar a la famosa cabaña llena de dulces, que en este caso es menos colorida pero no por eso menos abundante en alimento cárnico.
Y allí aparece la bruja, llamada Holda (Alice Krige, a quien conocimos como la reina Borg en Star Trek: First Contact) quien siempre parece sospechosa, y que empatiza con Gretel viendo en ella su posible heredera.
La nueva adaptación arranca como una suerte de manifiesto feminista que buscar reforzar la idea que en la edad media la cacería de brujas se dio ante la avanzada de mujeres fuertes que buscaban ir contra un sistema que las quería sometidas, no obstante ese eje se va corriendo y lo que parecía una suerte de entrenamiento jedi entre Holda y Gretel se va desvirtuando junto a la idea de ALGO que da vueltas en el bosque, algo que quiere a los hermanos… ¿o sólo a Hansel?
La casa de la bruja se termina convirtiendo en una suerte de Dagobah, ese planeta donde Luke Skywalker iba a entrenar conociendo a Yoda en la hermosa The Empire Strikes Back, con un espacio oscuro y lleno de negrura donde no hay que ir, salvo que quieras enfrentarte a tu propia oscuridad. Hacia el final ya con todas las cartas sobre la mesa (al igual que toda la comida que la bruja prepara de manera que ruborizaría a bromatología en casa), encontramos alguna que otra sorpresita y asistimos a un enfrentamiento jedi entre maestra y aprendiz que nos hace pensar “¿qué empezamos a ver y cómo terminamos acá?”.
Gretel & Hansel: un siniestro cuento de hadas apela a lo climático, haciendo avanzar todo muy lentamente (a veces demasiado) y utilizando las texturas, las luces y sobre todo las sombras para indagar en una fábula sobre encontrarse a uno mismo, cuidar a tu familia y sobre todo aprender a usar la fuerza para elevar la nave espacial que se encuentra bajo el agua y poder escapar de ese oscuro lugar.