Nueva adaptación del clásico literario de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm. Solo que esta vez cuenta con un tono de “fantasía dark” que, acompañada del introductorio logo setentoso de Orion y a la sazón de recursos estéticos -ya sea por colorimetría o banda sonora-, bien le gustaría haberse convertido en una forma retorcida del giallo italiano.
Desde este punto, su principal conflicto pasa por suponer que es suficiente con la incorporación de elementos gore, pero termina por desplazar ese ingrediente clave de intriga y misterio que es movido por las pesquisas de al menos un personaje, sea o no detective. En esta ocasión tenemos sustos amortiguados, algo que se agradece porque mueve al género de su zona de confort. Sin embargo, todo se sirve al azar y la película descree por completo de su identidad.
En la famosa novela universal de Bram Stoker (‘Drácula’, por supuesto), el relato se narra de manera epistolar y el discurso es apropiado por más de cinco protagonistas. El más letrado de ellos, el Profesor Van Helsing, le repite a sus colegas en reiteradas ocasiones las cualidades de la entidad que enfrentarán juntos. Esto se justifica inicialmente porque el Profesor recopila los datos que cada uno de ellos había obtenido individualmente y, al atarlos por la gracia de sus conocimientos, les brinda un sentido. Además, sus discípulos necesitan que les repitan lo que ya saben porque se mueren de miedo con la sola idea de tener que confrontar al Conde.
En ‘Gretel & Hansel’ la repetición de información avanza con frivolidad. Por una inversión de roles artificial y vacua (como lo señala el título del film), Gretel (Sophia Lillis) se ocupa de las tareas esenciales de su hermano menor. Ambos vagan por los bosques a causa de la muerte de su padre (porque, sí, el abandono original por parte del padre biológico de los jóvenes resulta demasiado oscuro para retomar en esta versión oscura) y ella tiene visiones en forma de sueños a lo largo de la película.
Decía Fox Mulder, en una célebre frase de ‘Los Expedientes Secretos X’ (en el doceavo episodio de la segunda temporada, titulado ‘Aubrey’), que para él los sueños son respuestas a preguntas que no nos sabemos auto formular. Solo con haber oído esto, Oz Perkins no se habría gastado en aplicar la voz en off de su protagonista, esa que solo aparece de día, después de los sueños, para explicarnos unilateralmente el significado de todos y cada uno de ellos.
¿Entonces hasta las actuaciones están mal? Nunca dijimos eso. Sophia Lillis ya dejó de ser la promesa de la primera ‘It’ dirigida por Andy Muschietti, ya es un hecho, es una de las mejores actrices de su generación. A su vez comparte buena interacción con la bruja encarnada por Alice Krige, pero todo se pierde en cuento que por tradición se sostenía en una combinación de géneros, mientras que ahora estamos parados en una base de nada.
Por lo menos conservaron a la bruja, aunque no fue suficiente: lo que prometía ser una reconfiguración feminista del asunto, se convirtió en la aniquilación de un acoplamiento de géneros en conjunto.