No debí pensar jamás en lograr tu corazón
El amor en sus diversas formas es siempre amor. Y así lo vivieron el famoso letrista de tango José María Contursi y Susana Viganó, a quien el autor inmortalizó en “Gricel”, el recordado tango que es un clásico del 2 x 4. Y fue amor en sus diversas formas porque cuando Contursi conoció, casi por casualidad, a Gricel, estaba casado. Luego de un flechazo en Buenos Aires, fueron amantes durante un tiempo. Pero Gricel vivía en Capilla del Monte y Contursi era un hombre de la noche porteña. La relación se cortó por decisión de él. Pero cuando su mujer falleció, Contursi entró en una gran depresión y, después de veintidós años, reconquistó a aquella muchacha de pueblo con la que había sostenido su relación durante un tiempo, a través del intercambio epistolar. Y, desde entonces, vivieron juntos hasta la muerte del autor. Paradojas del destino, la historia de amor que construyeron Contursi y Gricel no tiene el final que suelen tener los tangos cuando hablan del amor.
Jorge Leandro Colás –que había debutado como cineasta con Parador Retiro, documental sobre el lugar donde duermen personas en situación de calle– decidió realizar su segundo largometraje con esta historia. Gricel tiene un pequeño argumento ficcional que funciona como ordenador de la estructura narrativa del documental: Manuel (Pablo Basualdo) es un cantante lírico que está entusiasmado con escribir una ópera sobre la historia de amor entre Contursi y Gricel. Y, entonces, decide investigar contactando diversas fuentes. Es en ese momento en que la ficción da paso al documental cuando Manuel comienza a recorrer el camino de esa historia entrevistando a personas que vivieron la época de Contursi y que relatan cómo era la noche porteña, mientras otros recuerdan aquella relación.
Gricel tiene dos vetas. Una de ellas comienza con el relato breve de la obra de Contursi, donde queda claro que Gricel no sólo fue un gran amor en su vida, sino también su musa inspiradora. A tal punto, que a varias de sus obras más famosas, Contursi las escribió en el hermoso paisaje de las sierras cordobesas, donde ella vivía. Gricel también relata, a través de personas vinculadas con el tango, cómo era ese mundo por entonces y cómo lo vivía “Katunga” o “El duque de la noche porteña”, algunos de los apodos que tuvo el autor de “En esta tarde gris”. Esas noches que terminaban todos comiendo “el pucherito de gallina”, como comenta Oscar Fresedo. La otra veta narrativa tiene anclaje en Córdoba, más precisamente en Capilla del Monte, donde Manuel entrevista a habitantes del pueblo que recuerdan la historia entre Contursi y Gricel con detalles sustanciosos.
Uno de los aspectos destacables de este documental de Colás es que el cineasta logra reconstruir aquella historia con la dificultad que implica acceder a fuentes de algo sucedido hace muchas décadas. Y entre esos logros están los testimonios de Alicia Contursi, la hija del letrista –una persona clave en el relato de la historia–, y la nieta de Gricel que le otorga emotividad casi al final de este documental. Gricel tiene un ritmo sostenido con la fluidez de los relatos, la lectura de las cartas de amor y el agregado de algunas interpretaciones de tangos que, en algunos casos, funcionan como separadores de los testimonios. Si bien es un elemento atractivo la idea de ficcionalizar el documental con la búsqueda que emprende el cantante lírico, no resulta muy acertada la elección de Basualdo, quien, en la vida real, también tiene esa profesión, ya que no es actor. Por momentos, no se lo nota con la soltura necesaria para entrevistar o emocionarse. No hay que dejar de lado que no representa a un periodista que busca información, sino a un artista en búsqueda de conocimientos y sensaciones que lo inspiren en su proyecto operístico.