Una comedia oscura que mezcla el drama, la acción, la ironía y no siempre sale bien parada. Es la historia de un ejecutivo de segunda línea que de tan inocente y cándido invita a todos los desalmados que lo rodean a aprovechar de él sin rasgos de culpa: su jefe manipulador con su socia predadora, su propia esposa, los dueños de un hotelucho donde va a parar cuando quiere fugarse, por supuesto los integrantes de un cartel de drogas de México. Y a su alrededor puede pasar cualquier cosa: el humor, lo tonto, lo más descarnado, la acción frenética, y hasta un personaje bondadoso en medio de tanta descarada rapiña y juegos de poder. El problema de la película es que tiene rasgos ya vistos de algo de Tarantino, de los hermanos Cohen, de films que hace años parecían frescos e innovadores, pero que ahora no sorprenden. No obstante, hay que reconocerle que entretiene con tanto cambio de ritmo y género y que siempre sobresale algún motivo para disfrutarlo. Desde las actuaciones: Charlize Theron esta magnifica en la pintura de una ejecutiva ambiciosa que nada la detiene, va de la seducción explosiva a la maldad pura. Joel hermano del director Nash Edgerton siempre de buen nivel, David Oyelowo que en medio de tanto revoltijo saca a flote su personaje con gracia. El argumento de Anthony Tambakis y Matthew Stone hace agua con tanta historia paralela pero sale a flote cuando convoca al delirio y le permite al director, un experto en acción, lucirse en escenas explosivas. El resultado de todo lo que acumula el film es un entretenimiento que no llega a ser genial.