Gringo: se busca vivo o muerto

Crítica de Santiago Gonzalez - Loco x el Cine

Gringo es la historia de un empresario estadounidense se mete en un grave problema en México cuando se ve inmerso en los asuntos de un narcotraficante local y de un grupo de mercenarios contratados por el Gobierno.

 

El tráiler prometía una historia que mezclaba la acción con el humor adosado con vueltas de tuercas y grandes actuaciones, En fin un entretenimiento puro y duro. Extrañamente aunque todo esto sea entregado aun así el resultado es irregular.

Dirigida por el coordinador de riesgo Nash Edgerton, Gringo es una propuesta que abraza lo físico, así como también lo hacia las dos secuelas de John Wick que casualmente también estaban dirigidas por dobles de riesgo quienes apostaban a lo mismo, un cine donde se pone el cuerpo a la acción escapándole a los mundos creados por CGI. Para lograr eso se necesitaba que de actores que estén a la altura de las circunstancias y en cierto sentido los de Gringo lo están, por lo menos para las secuencias de acción, que no son espectaculares pero cumplen y son lo más entretenido de esta película.  Su protagonista David Oyelowoencarna de manera convincente al personaje principal y es quien mas se entrega a este proyecto, al punto de que podría decirse que se lo pone al hombro.

De hecho lo que la vuelve llevadera es el trabajo de los actores; Charlize Theron, Joel Edgerton, Amanda Seyfriedquienes son convincentes y profesionales a la hora de encarar a sus personajes. El humor, en su mayoría ácido, ayuda a que el ritmo de la película no se vuelva del todo insoportable.

Lamentablemente el enemigo de esta película es su guion escrito por Anthony Tambakis y Mathew Stone, quienes inventan subtramas que no aportan en nada, varias vueltas de tuerca innecesarias que alargar la duración y las cuales se notan que fueron hechas para maquillar que estamos ante algo muy convencional.

Para peor su director  pareciera como hubiera sucumbido a las presiones de los productores y dejado que ellos se encargaran del resultado final. Y eso se nota ya que eje central queda de lado para enfocarse en otras historias llena de traiciones, alianzas y personajes que nunca son definidos. En Gringo no hay buenos, ni malos, es un todo vale. Y eso más que un acierto es una falla, tanto de guion, como de dirección. Edgerton no sabe para dónde llevar al barco y se aferra a seguir a pie de letra el guion.

Gringo es una película que no va a pasar a la historia, una más en la lista de actuaciones de sus famosos actores que les dará trabajo pero no satisfacción artística. Tal vez que con otro director con un poco de mano dura podría haberle encontrado la vuelta. Lo que queda es una posibilidad desperdiciada.