Guardianes de la Galaxia Vol. 2: desenfadados y sensibles, los Guardianes apuntan ahora a los fans más jóvenes
Hace tres años, James Gunn sorprendió al mundo con Guardianes de la galaxia, la más divertida de las propuestas surgidas de la factoría Marvel, sobre las desventuras de unos renegados y cuya principal influencia era, sin duda, Star Wars. El mismo guionista y director regresa ahora (y ya se confirmó que lo hará también para la tercera entrega) con una secuela que confirma una de las máximas de Hollywood: más es menos.
Porque este Volumen 2 tiene 15 minutos adicionales (136 contra 121), más conflictos, más personajes (varios bastante desaprovechados, como los míticos Sylvester Stallone y Kurt Russell), más acción y hasta más escenas y chistes insertados durante los créditos finales (casi se pierde la cuenta de cuántos son). Y si bien no deja de ser un film lúdico, desenfadado, simpático y por momentos entretenido, esta apuesta constante a la acumulación termina agobiando un poco y resintiendo el resultado final.
Con el Awesome Mixtape #2 sonando casi siempre de fondo (temas de Electric Light Orchestra, Fleetwood Mac, George Harrison, Cheap Trick, Cat Stevens, Parliament y Sam Cooke, entre muchos otros), la película arranca -tras un breve prólogo ambientado en 1980 con el personaje de Ego (Russell)- a pura acción con los Guardianes luchando contra un monstruo que parece un pulpo gigante. La escena es graciosa y espectacular, sí, pero sufre de la misma incontinencia y desborde que la película en su conjunto: se extiende demasiado y termina por abrumar.
El grupo de mercenarios integrado por el perfecto anithéroe Peter Quill / Star-Lord (el galán Chris Pratt), la bella Gamora (Zoe Saldana), el gigante Drax (Dave Bautista) y los simpáticos Baby Groot y Rocket (las voces de Vin Diesel y Bradley Cooper en la versión original) huirá de la persecución del ejército de la poderosa y dorada princesa Ayesha (Elizabeth Debicki), se unirá con viejos rivales como Yondu (Michael Rooker) e intentará desentrañar el misterio del verdadero linaje de Quill en un film que -más incluso que en exponentes anteriores de Marvel- parece estar destinado a niños y preadolescentes, y no tanto al público adulto.
Llena de estímulos, vértigo y chistes superficiales, Guardianes de la galaxia Vol. 2 tiene en claro su target y es muy probable, entonces, que su público cautivo no salga decepcionado de la experiencia que se le ofrece.