Ver Guardianes de la Galaxia 2 es como asistir al concierto de una banda de rock que seguiste desde sus orígenes y cuando se hicieron populares de repente empezaron a tocar la música pop que se puso de moda.
Para quienes descubrimos a estos personajes en el cómic, muchos años antes que se hicieran conocidos en el cine, esta segunda entrega es una decepción porque distorsiona todo lo que representan los Guardianes en el universo Marvel.
No obstante, si no te importan un comino las historietas y simplemente querés pasar un momento divertido con una comedia familiar, que tenga una buena banda de sonido y efectos especiales, este estreno cumple con su objetivo.
En esta oportunidad la trama explora con un poco más en profundidad los orígenes de Peter Quill y el vínculo con Ego, el rol que interpreta Kurt Russell, estuvo bien insertado en el conflicto.
El personaje era una incógnita porque en realidad está más relacionado con las historias de Los Cuatro Fantásticos y Thor y acá lo presentan como el padre de Star Lord.
El concepto que propone el film no es tan descabellado y funciona, especialmente por la interpretación de Russell, uno de los pocos actores que se tomó en serio su papel.
También estuvo bien desarrollado el vínculo de Gamora con su hermana Nebula,quienes conservaron su dignidad gracias a las interpretaciones de Zoe Zaldana y Karen Gillian respectivamente.
Cabe destacar la labor de Michael Rooker, el mejor actor del reparto, quien en el rol de Yondu le dio un poco de seriedad al show del chiste de Marvel.
La película logra robarte una sonrisa con la breve participación de Sylvester Stallone como Starhawk, el fundador de los Guardianes originales y Baby Groot por suerte estuvo controlado.
La idea no era buena pero esta versión del personaje la verdad que no molesta para nada y las escenas que se vieron en el trailer representan sus únicos momentos destacados.
El gran problema que tiene esta película es su exceso de idiotez.
El director James Gunn esta vez fue demasiado lejos con el humor y convirtió su trabajo en una parodia del cómic, que está más en sintonía con la vieja serie de televisión de los Power Rangers y las películas de Batman de Joel Schumacher.
Me dio la sensación que como a la gente le gustó el humor en la primera entrega en la continuación decidieron incrementar los chistes y derraparon por completo en la dirección del conflicto.
El 80 por ciento de esta película es literalmente una sitcom donde todos los personajes en algún momento tienen un remate chistoso. Llama la atención que el director no incluyera risas grabadas porque iban perfecto con el tono que le dio al film.
No estoy en contra del humor en este género, pero cuando se trabaja a expensas de distorsionar los personajes el resultado no es positivo.
Si bien la primera película tenía varios momentos graciosos, nunca llegaba al nivel de estupidez que presenta la continuación.
En esta entrega todas las razas alienígenas (lo más indignante) son retratadas a través de personajes bobos y acartonados que se caracterizan por ser comediantes de stand up o villanos torpes que se escaparon de un dibujo animado infantil.
Drax, el destructor, ahora terminó convertido en un tarado que sólo se limitar a expresar comentarios graciosos.
El personaje que se supone es un asesino frío y despiadado sólo tiene la función de hacer reír al público. La culpa no es de Dave Bautista, quien fue un casting perfecto para el rol, sino la dirección que le dio James Gunn al personaje.
En los Guardianes el humor siempre estuvo representado por los comentarios ácidos de Rocket Raccon, quien en esta película terminó completamente deslucido porque ahora está rodeado de comediantes. Por consiguiente, la gracia que tenía el personaje se desvaneció por completo.
Guardianes de la Galaxia es una propuesta que debería estar encaminada dentro del subgénero de la ópera espacial y el director nunca aprovecha el concepto de la historieta al estancar su relato en la comedia.
Las tediosas referencias a David Hasselholff están buenísimas para una película de Bob Esponja, no para los Guardianes que nunca fueron personajes humorísticos.
Gunn abusa demasiado de los diálogos graciosos y entorpece varios momentos que podrían haber tenido un poco más de madurez.
El mejor ejemplo de esta cuestión es la escena de un funeral que reúne a todos los personajes y viene bárbara hasta que Chris Pratt la arruina con un monólogo tonto, con el objetivo de darle un remate chistoso a esa situación.
Otra de las grandes decepciones de este film. Star Lord es lo más cercano que tiene Marvel a Flash Gordon y el director insiste en representarlo como un nabo de treinta y pico que se comporta como un chico de 18 años. Peor resulta la inclusión del personaje Mantis, que no aporta absolutamente nada y tiene el perfil tonto que le encanta al director.
La verdad es que si sos seguidor de los Guardianes de la Galaxia el exceso de estupidez que presenta esta producción no es fácil de digerir.
En esta continuación apenas vemos a los protagonistas desenvolverse en equipo, ya que durante buena parte de la historia el director mantiene separados a los personajes en grupos para trabajarlos en rutinas humorísticas.
De las cinco escenas post créditos que brinda esta producción, sólo una aporta una situación relevante, debido a que el resto son más escenas chistosas que no tienen trascendencia.
Recién en los últimos cinco minutos de la trama se puede apreciar un poco el enorme potencial que podrían tener estos filmes si el estudio Marvel no contaminara los argumentos con tanto contenido humorístico.
Por este motivo Guardianes de la Galaxia 2 terminó por ofrecer una continuación olvidable que está al mismo nivel que las segundas entregas de Iron Man y Thor.
Es decir, otra película de esta franquicia que puede resultar entretenida mientras la ves en el cine pero después la borrás de tu mente por completo.