Hace varios años venimos experimentando la debacle y el agotamiento del cine de superhéroes. Quizás tenga que ver con la saturación que provoca la enorme oferta de este tipo de films, o el hecho de que estas cintas son realizadas de forma genérica y sin ninguna característica distintiva (obviamente hay excepciones como por ejemplo la trilogía de Batman de Christopher Nolan y Spider-man de Raimi que sentó las bases para la actualidad de los justicieros, entre otras.)
En ese escenario desalentador surgió Guardianes de la galaxia (2014), una película desarrollada por James Gunn, que se centra en un grupo de héroes galácticos no muy conocidos para el común de la gente. Justamente ese factor del desconocimiento, más la cuestión de unos personajes atípicos que forman un grupo de protectores del espacio, hicieron de la primera entrega de este grupo un producto novedoso, fresco y atractivo para muchos. Incluso resultó del agrado de varias personas ajenas al ámbito de las adaptaciones comiqueras.
En esta oportunidad continúan las aventuras del grupo por los confines del cosmos. Los Guardianes deberán luchar para mantener unida a su nueva familia mientras intentan resolver el misterio de los verdaderos orígenes de Peter Quill (Chris Pratt). Viejos rivales se convertirán en nuevos aliados, y queridos personajes de los cómics clásicos acudirán en ayuda de nuestros héroes a medida que el universo cinematográfico de Marvel continúa expandiéndose.
¿Qué nos brinda esta secuela? Más de todo lo que vimos en la entrega anterior. Más humor, más profundidad en las relaciones de los personajes, unos efectos especiales increíbles y una paleta de colores más estridente, psicodélica y lisérgica que en la primera parte.
Lo más flojo de la película vendría a ser la trama. No hay un conflicto concreto sino algunos problemas que presentan los personajes y que tienen que ver más con los vínculos familiares o afectivos de los protagonistas. Las dificultades pasan a ser más internos, de identidad propia de los individuos, y si bien son funcionales, la historia que cuenta el film parece no tener un destino claro.
Además, el humor si bien es eficaz, a veces parece ser contraproducente ya que, no se utiliza solo como Comic Relief sino que a veces predomina por sobre el drama o la acción.
Para remarcar algunos aspectos positivos de la obra podemos expresar que James Gunn, si bien no consigue realizar una gran película, sí logra poder ofrecernos un relato digno con una dirección y sello propios que se coloca por sobre la media de estas ficciones de superhéroes. Por otro lado, el villano, en esta oportunidad, ofrece una oposición digna a nuestro grupo de héroes y nos recuerda más a villanos o antagonistas fuertes que parecían estar ausentes en las últimas películas del universo Marvel.
El elenco está muy bien elegido, y se nota la química entre los protagonistas. Los secundarios también demuestran ser importantes y trascendentes dentro de la narración.
Desde el punto de vista de la animación, es impecable todo lo que respecta al CGI de Baby Groot y a Rocket Racoon, que cada vez tienen más detalles en sus acabados técnicos. La física del pelaje del personaje personificado por Bradley Cooper y las texturas que presenta el personaje de Vin Diesel, demuestran lo avanzadas que están las técnicas de creación digital. Asimismo, los planetas y mundos que presenta la película también logran ser extremadamente detallados.
Guardianes de la galaxia Vol 2 es un film que a pesar de tener problemas narrativos, sale adelante gracias al elenco y una buena dirección de James Gunn. Visualmente sorprende pese a estar cargada de colores súper saturados. La banda sonora también representa uno de los puntos altos de la película. Es una cinta que quizás no supera a su antecesora, pero que logra destacarse de los últimos y genéricos relatos de la factoría Marvel.