¿Por qué este es el último baile de los Guardianes?
Aunque desde el inicio las películas del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) fueron ampliamente criticadas por su «fabricación en serie», había algunos directores que eran capaces de dejar su marca. En el último tiempo estas críticas -sumadas a una serie de inversiones económicas fallidas- se profundizaron, y en este momento complicado del UCM parecería que James Gunn, uno de esos cineastas con «sello propio» dentro de la maquinaria, logró traer algo refrescante y con un halo de esperanza para los fanáticos con esta tercera entrega de sus Guardianes de la Galaxia.
En el volumen 3, la entrañable banda se instala en Knowhere. Con un Peter Quill (Pratt) aún shockeado por la pérdida de Gamora y una ciudad en construcción, la película inicia con una larga secuencia musicalizada por Creep, el clásico de Radiohead, y rápidamente se centra en quién será el protagonista de esta historia: Rocket. La irrupción y el ataque de un poderoso intruso tendrá consecuencias que nos llevarán a conocer mucho más acerca del pasado y origen del mapache.
Así, Quill deberá reunir al equipo en una peligrosa misión para salvar la vida del animal transgénico, una misión que, si no se completa con éxito, podría muy posiblemente conducir al final de los Guardianes. En medio de esto, Gunn le da rienda suelta a su particular locura y estilo; por momentos estamos en una space opera de acción aventuras, luego en un drama lacrimógeno, una cinta de terror y hasta un sketch de Los Tres Chiflados.
El director mantiene su humor característico y dota a la película de una nutrida e impecable banda sonora, otra marca registrada de «Los Guardianes» y su walkman de clasicazos, con canciones de los Beastie Boys, Bruce Springsteen, The Replacements, Alice Cooper y Flaming Lips, entre otros.
En el reparto, que además de Pratt incluye a Zoe Saldana como Gamora, Dave Bautista como Drax el Destructor, Karen Gillan como Nebula, Pom Klementieff como Mantis -Vin Diesel aporta su voz para Groot y nos da una sorpresita-, debemos destacar la labor de Bradley Cooper para dotar de voz a Rocket y conseguir que nos conmueva. Chukwudi Iwuji también hace un interesante e histriónico trabajo como el Alto Evolucionador y quizás el personaje incluido de la manera más forzada es el Adam Warlock de Will Poulter, ya que en varias oportunidades se siente que no termina de encajar.
Aunque esta tercera entrega, que precede al Volumen 1 (2014) y al Volumen 2 (2017), se erige como una suerte de despedida, un «último baile», sabemos que no será de Star-lord porque tendrá su propia cinta. Sin embargo, no sería raro que volvamos a ver al grupo reunirse, ya sea en un Volumen 4 o apareciendo en otro eslabón del UCM. Importante: como es habitual, al final del film hay dos escenas post-créditos, no se las pierdan.
Puntuación: 7/10
Por Federico Perez Vecchio