El filme tiene en los primeros cuarenta minutos sus mejores momentos, en los que sitúa y presenta los personajes. El caso mas preponderante es el de Adam Warlock (Will Poulter), el único que tiene un desarrollo lateral y un giro que aunque previsible, funciona. Luego hasta los últimos treinta minutos se torna previsible y aburrido.
La película establece rápidamente sus propias apuestas