En 2017, cuando se estrenó Guardianes de la Galaxia Vol. 2 escribí: " Marvel en su máxima expresión en un ámbito en el cual la fórmula no opaca la obra."
Esa película me había gustado bastante, tanto que le puse un máximo puntaje. Sin embargo, con el paso del tiempo perdió potencia y al día de hoy me resulta bastante inferior a la primera (esta si que se mantiene bien alto).
En cambio, el Volumen 3 se acerca mucho más a la de 2014 en cuestión de impacto.
Es un cierre genial y no pensé que me iba a emocionar tanto (hubo secuencias en las cuales lloré mucho).
Y allí radica la grandeza de James Gunn, quien película a película crece mucho como realizador. Aquí lleva al extremo aquello que se propuso hace casi una década: que nos preocupemos por un mapache digital.
Y eso es solo un aspecto, ya que su narración, creación de climas y puesta de cámara es lo mejor que ha tenido Marvel por lejos.
Más aún teniendo en cuenta que el estudio no ha podido generar algo realmente bueno post Avengers Endgame (2019).
Este film sirve como punto final para la trilogía y es un capítulo que no afecta en nada a lo que pasa en el MCU.
El elenco vuelve a estar genial más allá de Rocket y su otro compañero digital (Groot).
Chris Pratt esta vez con un peso más dramático al igual que Zoe Saldaña.
En cambio, Drax (Dave Bautista) y Mantis (Pom Klementieff) siguen con su humor muy bien insertado.
Otra cosa para destacar es la violencia más gráfica que vemos y que es la primera película de Marvel en donde utilizan el insulto "Fuck".
Esto acompaña el dramatismo ya mencionado y termina por dar un tono diferente.
O sea, tiene la fórmula Marvel, pero usada de manera muy inteligente.
Guardianes de la Galaxia Vol 3 es un peliculón que vuelve a subir la vara en un género que viene castigado.