Aventura y chispa en el espacio
Marvel sigue convocando gente a las salas. Parece haber encontrado la fórmula o, mínimamente, haberla perfeccionado para seguir fabricando productos tan rendidores como taquilleros. Algo llama la atención en Guardianes de la Galaxia ya desde su tráiler, difícil de definir. En dicho adelanto unos cuantos personajes de diferentes formas, especies e incluso colores se presentan como una sugerencia que aparenta y da pequeñas muestras de humor. James Gunn, su director, tiene gran mérito a la hora de moldear a esas personalidades en lo que concierne a cualidades carismáticas propias de cada uno, siendo tal vez el mayor acierto y lo que permite que el film se mantenga con una equilibrada vivacidad durante los 120 minutos de metraje.
Una aventura cósmica sumamente entretenida y con un ritmo que destila energía en cada secuencia que se expone. Guardianes de la Galaxia no es lo mejor de Marvel ni mucho menos, pero claramente sabe cómo fusionar los elementos necesarios en su justa proporción para que el barco salga a flote y llegue a buen puerto. En este aspecto interviene una estética que por su pluralidad de tonalidades y sus vigorosos efectos especiales estimula al espectador a seguir la narración con animosidad.
Chris Pratt encabeza a un equipo de sujetos dispares encarnando a Peter Quill, conformando una buena performance. Zoe Saldana lo acompaña y cumple como Gamora. El resto merece una mención especial, puesto que son quienes representan los picos máximos en materia de conexión y enlace para con el público. Al rocoso Dave Bautista le toca interpretar a Drax, un tipo temible por su apariencia que se va soltando a base de algunas buenas intervenciones graciosas. Rocket, un mapache charlatán y Groot, una especie de árbol de grandes dimensiones hacen la diferencia para acabar convirtiéndose en el atractivo principal de la historia. Son estos dos últimos los que se llevan todas las miradas y ocasionan los momentos más ocurrentes de la cinta.
No todo es color de rosa en la obra de James Gunn; si bien la mayoría de los gags funciona con creces, existen algunos que otros chistes que no explotan al carecer de ingenio o por acabar recayendo en ciertas dosis de infantilismo, por llamarlo de algún modo. También se dan determinadas resoluciones que por su naturaleza improbable se tornan discutibles, sobre todo hacia el tramo final.
Guardianes de la Galaxia vale la pena, sobreponiéndose los puntos positivos a los negativos. Divertida, espontánea, chispeante y ágil, traslada sus acontecimientos con descaro y frescura, resultando una propuesta disfrutable.
LO MEJOR: La diversidad de personajes. Groot y Rocket. La dinámica de la película. Colorida.
LO PEOR: pequeñas determinaciones discutibles. Cuando los gags no funcionan (pocas veces).
PUNTAJE: 7,4