Imperdible comedia espacial
Un mapache genéticamente modificado, una especie de mutación de árbol capaz de enfrentar a cualquiera en una pelea y que sólo sabe decir tres palabras, una chica verde ultraviolenta, un forzudo demasiado tatuado y sumamente vengativo, y un terrícola que escucha hits de los años 70 en su viejo Walkman son los encargados de salvar el universo en la nueva película de Marvel, esta vez superproducida como nunca por los estudios Disney.
Pero, más allá de la producción, "Guardianes de la Galaxia" inicia una nueva etapa en cuanto a películas sobre los superhéroes de la famosa editorial de comics de Stan Lee (que por supuesto aparece en uno de sus típicos cameos). Es que probablemente ésta sea la mejor comedia espacial de todos los tiempos, con un nivel de eficacia en su humor delirante que, en medio de las carcajadas provocadas por las cataratas de gags imperdibles, el espectador casi ni podrá apreciar las increíbles imágenes cósmicas que podrían definirse como el resultado de imitar la estética de la ciencia ficción clase B y el comic psicodélico de la década de los 80, sólo que con un presupuesto multimillonario.
De hecho, el director James Gunn empezó su carrera en los legendarios tiempos en los que la productora clase B (por no decir clase Z) Troma Inc hacía algún dinerillo produciendo la saga de personajes desquiciados como El Vengador Tóxico. Pero aquí hay mucho más talento que en las películas de Troma, y un temible despliegue de producción dispuesto para remedar imágenes que podrían parecerse a las de la película de animación "Heavy Metal" si no fuera porque "Guardianes de la galaxia", amén de los personajes digitales, es un film de "live action" con un elenco de lujo que incluye nombres coomo Benicio del Toro, John C. Reilly y hasta la mismísima Glenn Close..
La película empieza muy dramáticamente en nuestro planeta, con un chico escuchando en su walkman un casete que compila la "música fabulosa" grabada por su madre moribunda. En medio del drama, el chico es secuestrado por un OVNI, y luego la película sigue un cuarto de siglo más tarde, en un lejano rincón del cosmos, con un chatarrero del espacio, nuestro héroe Star Lord (Chris Pratt) pateando unas especies de ratas alienígenas, mientras escucha, en el mismo walkman de antes, un superhit de Redbone, (la única banda de rock piel roja de la historia del rock).
La trama tiene todos los lugares comunes que necesita una comedia decidida a satirizar el género de una manera infinitamente superior a la semiolvidada "Spaceballs" de Mel Brooks. Porque la diferencia es que, tanto en el comic original como en esta brillante adaptación, la idea no es parodiar escenas de otras fuentes historietísticas o cinematográficas famosas, sino crear un universo propio que se burla de sí mismo.
Y Gunn maneja este tipo de humor a la perfección, logrando secuencias magistrales de comicidad y superacción como una delirante e hilarante fuga de una cárcel espacial (todas las escenas carcelarias están entre lo mejor de esta gran película).
Los gags son gloriosos y, como pocas veces en este tipo de comedias que mezclan el humor físico con los diálogos lunáticos, logra mantener el nivel casi sin parar durante las dos horas de proyección (y aunque parezca imposible, durante la primera hora de película no hay un solo chiste que no dé en el blanco).
Por si faltaba algo, "Guardianes de la Galaxia" logra convertir a Vin Diesel en un gran actor: dándole la voz al árbol que sólo sabe decir "Yo Soy Grood". Las multiples inflexiones emotivas que consigue darle Diesel a estas tres palabras son casi ilimitadas. Y además, el dato que Diesel sea un tronco captura a la perfeccion el espíritu irónico de esta obra maestra de la comedia cósmica.