Pese a que sus producciones fueron evolucionando desde los aspectos visuales, los filmes todavía se ven precarios cuando se los compara con otras propuestas independientes que se hacen en Europa o Sudáfrica.
Sin embargo, en trabajos anteriores como fueron las películas de Gaturro y Don Gato brindaron propuestas amenas que estaban sostenidas por una historia decente.
Por el contrario, Guardianes de Oz es esa clase producciones insufribles que los niños de cuatros años (con un poco de suerte) pueden entretenerse mientras los padres miran la hora en el celular cada cinco minutos.
Jorge R.Gutiérrez, el director de esa gran película subestimada que fue El libro de la vida, en este caso trabajó como guionista y destruyó por completo todos los elementos atractivos que tienen los personajes de Oz.
Como suele ocurrir con los guiones de Anima Estudios la trama está construida con chistes tontos y un conflicto de aventuras trillado que ya se vieron en centenares de películas infantiles, donde no falta por supuesto la prédica de algún mensaje moralista.
Además de distorsionar el concepto de los monos voladores de Oz, que siempre fueron antíhéroes y no villanos como se los presenta en esta historia, Gutíerrez no hace nada creativo con un universo de ficción maravilloso con el que debería ser imposible aburrirse.
El artista mexicano presentó una labor más decente en los simpáticos diseños de los personajes que creó que contribuyeron a darle un poco más de personalidad a este trabajo de Anima.
Con un guión decente este film podría haber sido mucho mejor, pero como es una propuesta infantil nadie le da importancia a estas cuestiones mientras los padres paguen la entrada al cine.