Soy de aquellos que apoya el cine independiente, en todos sus formas. No creo que la industria deba limitarse a un puñado de iluminados que proponen todo lo que podemos ver. Sostengo que hay mucha gente con buenas ideas y presupuestos menores, que debe tener su espacio y sus posibilidades de desarrollo en este medio, y la animación, es claramente uno de los nichos que los latinoamericanos están empezando a desafiar.
Desde hace algunos años, varias iniciativas al sur del Río Grande fueron desarrollando proyectos para una animación quizás más simple que la de los grandes estudios, pero también valiosa. Dentro de ese grupo encontramos a Anima, compañía mexicana creada en 2002 que ya lleva 11 films estrenados o en producción. Se distinguen por un cuidado trabajo técnico en la imagen aunque quizás, falte desarrollo de guión para algunos de sus largos ya presentados ("Don Gato y su Pandilla", que pronto tendrá secuela, es el primero que me viene a la cabeza).
Aquí tenemos una nueva adaptación (más bien libre) del clásico de L. Frank Baum (1900), "El mago de Oz). La historia comienza cuando Dorothy regresa a Kansas luego de un viaje extenuante y deberá enfrentarse a una tarea peligrosa, la amenaza de la temida Bruja del Oeste. Veremos la acción desde la perspectiva de Ozzy, un mono volador particular, hijo de un guerrero importante llamado Goliat, si bien sirve a Eveline (la malvada), no cree que las cosas deban resolverse como ella lo hace. El es quien decide entonces buscar a los "Guardianes de Oz" para enfrentarse al poder de la enemiga, para lo que tendrán que rescatar a los paladines quienes están bajo un embrujo que complica un poco las cosas.
Ozzy es entonces, el simpático y valiente mono que buscará integrar un equipo para oponerse a los intereses destructivos de la villana de turno.
Alberto Mar (responsable también de muchos episodios de "El chavo animado") es el hombre detrás de las cámaras y lo hace con la solvencia habitual. Anima ha mejorado mucho la calidad de su producto, en términos técnicos, puede apreciarse un salto cualitativo en cuanto a sonido, imagen y animación en 3D. Realmente se ve una curva de progreso. Desgraciadamente, no sucede lo mismo en cuanto a los guiones que proponen sus films.
Parten de ideas buenas, atractivas, pero no logran volverse cintas divertidas o ingeniosas. Algo sucede ahí que luego de un correcto inicio, los personajes terminan en lugares comunes y los diálogos no invitan al disfrute puro. Claramente Anima necesita mejores guionistas. Ya a esta altura de su posición, hay cosas que logró resolver (y nos pone realmente felices que lo haya hecho, por la animación latinoamericana), pero otras, deben ser el centro de atención para futuros proyectos.
Volviendo a "Guardianes de Oz", hay que decir que es una película familiar aceptable, sin demasiada imaginación pero que puede ser una alternativa si tienen pequeños en la familia. Desde el punto de vista estratégico, es una muestra de todo lo bueno que México ya produce. Ahora, hay que levantar la puntería con libros que exploten esas posibilidades gráficas. Es tiempo.