Guasón

Crítica de Manuel Otero - MiráEstaPeliYa

El que ríe siempre, ríe mejor
A lo largo de la historia, se inventaron muchos personajes que han generado una fascinación desbordante en la cultura popular. El Joker (o Guasón) no es la excepción. Es por esto que, cada vez que se realiza otra película con este peculiar personaje del universo de Batman, todas las miradas están puestas aquí. En esta ocasión, es Joaquin Phoenix quien se encarga de hipnotizar a la audiencia en un estudio de personaje formidable dentro de un film oscuro y con personalidad propia, en contraste con DC o el mismo Hollywood actual.
Con una estética y narrativa similares a las del mejor Martin Scorsese, Todd Phillips (The Hangover) nos regala una cinta auténtica, finísima y deliciosa. Las charlas y lecturas de guión que el director tuvo previamente con Scorsese (estuvo por ser productor del film) sin dudas tuvieron su impacto para la posterior realización de la obra.
Ciudad Gótica ambientada como Nueva York de los '70, una puesta en escena tétrica y fenomenal, y un soundtrack imponente son condimentos fundamentales en la película. Cada escena permite entrever una inspirada dirección y pareciera que nada está de más. Así como nos enamorábamos de esos posters y avances de la cinta por su belleza visual, lo mismo sucede con el film en cuestión. Cada fotograma es digno de encuadrar.
En cuanto a la historia, está delicadamente llevada a cabo, alejada de algunos estándares propios de películas basadas en cómics, y más cercana al cine de autor, con una profunda mirada y análisis de Arthur Fleck (Joaquin Phoenix). Poca acción y excelente desarrollo. Al igual que Travis Bickle en Taxi Driver, Arthur es infinitamente triste y apesadumbrado por su propia mente. Un Joker más real que choca con una sociedad egoísta y clasista constantemente durante todo el metraje. Es en esto último donde se enfoca el mensaje. En la indiferencia social. Más allá de cuestionamientos de moralidad que se le puedan atribuir a la película por la violencia que engendra, motivo por el cual Warner emitió un comunicado en el que explica que no incita a ella ni a colocar al Joker en posición de héroe, la naturaleza del film reside en dejar a trasluz y criticar la despreocupación por los marginados, el no ponerse en los zapatos del otro, y en revaluar cómo nos relacionamos con los enfermos mentales.
El guión nos regala alguna sorpresa y transita caminos insospechados para llegar a un clímax con una tensión avasalladora. Los espectadores terminarán agarrados del asiento para aterrizar en este demencial viaje del hombre que ríe y se disfraza de payaso.
¡Ah! Y Joaquin Phoenix. Como si le faltara algo a su carrera, vino a romper todas las barreras a sabiendas de que iba a caer en comparaciones con Heath Ledger, tal como lo sufrió Jared Leto. Pero su Joker es muy distinto al de Heath. Hizo su versión personal, melancólica y triste, profundamente afectado por sus demonios internos y externos. Y demostró la talla de actor que es. Su trabajo es inigualable. Brillante desde todos los sentidos. Digno de Oscar. Desde principio a fin, nos envuelve en una locura oscura y hermosa que nos destroza la cabeza.
Joker es una de las mejores cintas del año. Ahora entendemos por qué ganó el León de Oro en el Festival de Venecia. No es una película más de cómics, es cine en su estado más puro. Oscura como pocas, desde la actuación de Phoenix y una magistral dirección, se apodera de la audiencia y no la suelta hasta su bulímico final.
Puntaje: 10/10

Manuel Otero