Interesante ópera prima que no consigue todo lo que se propone, pero funciona como entretenimiento.
Güelcom, la ópera prima de Yago Blanco, es una película pequeña y bien intencionada que, con la forma de comedia romántica, pretende explorar la disyuntiva, migrar o permanecer en el terruño propio.
Los protagonistas son Mariano Martinez y María Eugenia Tobal, quienes también comparten elenco en Los únicos, la serie con mayor rating del momento. Ellos interpretan a una ex pareja que se separó abruptamente unos años atrás cuando ella, Ana, decidió probar suerte en España. Leo no la acompañó, no quiso dejar su trabajo y sus raíces, y desde entonces no puede decir su nombre.
Como tienen el mismo grupo de amigos Leo se entera del circunstancial regreso de ella. A esta altura vale la pena decir que Mariano Martinez realiza un trabajo sobrio y contenido que habla de su madurez como intérprete. El resto del elenco acompaña de forma despareja, Maju Lozano aporta desparpajo, Eugenia Tobal naturalismo y las demás actuaciones naufragan en un forzado registro de comedia que resulta desproporcionado en relación con lo realizado por los actores ya mencionados.
Al comienzo da la impresión de que el filme se estructurará a partir de carteles de bienvenida que se van mostrando a lo largo del metraje en distintos idiomas o de las "10 frases más usadas por los argentinos que se van del país". Pero ninguno de estos aportes funcionan en clave rítmica o marcan climas o momentos importantes de la narración.
Lo que se le agradece a Güelcom es su ligereza, el filme consigue agradar y entretener sin caer en moralinas ni intentar ser edificante. Pero ante sus múltiples problemas (dirección de actores, ciertas fallas del guión y esa incomprensible no estructura) las buenas intenciones y los logros parciales de Güelcom solo pueden transformarse en crédito abierto para Yago Blanco de cara a sus próximos emprendimientos.