Siempre es dificil volver a casa...
Ya desde el elenco que el director ha logrado reunir para "Güelcom" -figuras de alto impacto con trabajos en medios televisivos y radiales- se respira un aire de comedia liviana, sin mayores pretenciones que un buen entretenimiento. ¿Pero logra el fin que se propone aún en su objetivo de poder pasar un rato agradable con una comedia romántica clásica y grandes aspiraciones?
El protagonistas es Leo (Mariano Martinez) quien tiene a su cargo ir conduciendo el relato casi en primera persona para describir con mayor o menor detalle, su experiencia amorosa fallida con Ana (Eugenia Tobal) quien lo ha abandonado sentimentalmente, para ir a probar suerte en España para desarrollarse como chef, dado que su pasión es la cocina.
Pero pronto Leo -a pesar de que su grupo de amigos tiende a esconderle la verdad porque sabe el dolor que Ana le provocó con su partida- se enterará que ella está de visita en Buenos Aires después de cuatro años de no verse. La excusa de esta visita es el casamiento de otra pareja amiga de este grupo, que ahora vive en Ibiza, pero quiere hacer un casamiento informal en Buenos Aires ya que sus amigos no han podido compartir la ceremonia en España.
Todo parece que podrá sostenerse durante la organización en grupo de este casamiento, pero cuando no solamente aparezca Ana sino también su nuevo novio español, las cosas serán mucho más dificiles de lo que Leo pensaba.
Yago Blanco construye la historia valiéndose de diversos recursos para que el producto sea dinámico y variado: desde monólogos a la cámara por parte del protagonista, flashbacks para poder completar algunos aspectos de lo sucedido o volviendo atrás para ampliar algunas anécdotas del grupo de amigos e historias contadas en paralelo que luego se entrecruzan.
Eso hace que "Güelcom" tenga un aire llevadero, aunque se resienta por algunos problemas, sobre todo en el tono que le imprime el guíón al personaje de Leo.
Mientras que el grupo de amigos forma un compacto y homogéneo elenco secundario, Mariano Martinez parece demasiado forzado por su profesión -psicólogo- a impostar subrayadamente sus frases hasta con un tono sumamente escolar y completamente desacompasado con el resto de las situaciones. Habla de sus pacientes en rueda de amigos o bien le habla a sus pacientes con frases que no suenan naturales y menos aún con el tono que lleva el resto del guión.
Leo es el personaje que presenta mayores dificultades y sobre todo se hace evidente porque sobre él recae el peso de la cadencia de la narración, generándose un desnivel con el resto del elenco.
Por su parte, la protagonista femenina, Eugenia Tobal, tiene momentos en los cuales tampoco parece encontrar demasiado cómodamente la veta de su personaje, pero lo suplanta con un enorme encanto (es indiscutible que ella y Mariano Martinez hacen una pareja que se ve hermosa frente a la cámara) y belleza que remiten todo el tiempo a una especie de Meg Ryan vernácula que la pantalla podría aprovechar.
Lo más fuerte y más interesante, sin lugar a dudas, son las líneas que el guión les deja servidas al trio de amigos que componen Peto Menahem -con un amigo intimo de Leo explotado sobre todo en la segunda mitad de la película-, Eugenia Guerty -con momentos al borde del delirio y con mucho histrionismo que ponen una alta cuota de humor junto con Menahem- y Maju Lozano quienes cada uno en su papel, logran escenas frescas y divertidas y con un tono reconociblemente nuestro.
"Güelcom" acierta en la pintura del decálogo de los argentinos que se fueron al exterior, en el fresco del grupo de amigos con un aroma indiscutiblemente nacional, que se reencuentra con aquellos que intentaron probar suerte por otras latitudes; y también es creíble la pareja romántica protagónica con sus devaneos amorosos.
Sin embargo, alguna falta de fuerza en la composición de los protagonistas y sobre todo, como ya se apuntó, en la artificialidad de algunas lineas que el guión le depara al personaje de Mariano Martinez (y de lo poco creíble que suenan las confesiones a la cámara) hacen que la comedia no puede levantar un mayor vuelo.
De todas maneras, se construye como un pasatiempo sumamente agradable y cumple con el cometido propuesto, sin abordar el tema del exilio y las oportunidades que tuvieron que buscarse durante la crisis, en el exterior, desde un punto de vista virado a la comedia.