Padre de repuesto.
Luego de la película del año 2010 Policías de Repuesto, el tridente compuesto por Adam McKay, Will Ferrell y Mark Wahlberg se vuelven a reunir (esta vez con McKay en el rol de productor, dejando la dirección en manos de Sean Anders) para Guerra de Papás, una película diametralmente opuesta a la anterior colaboración del trío, para un nicho de espectadores completamente diferente.
En Policías de Repuesto la propuesta era de comedia centrífuga, una buddy movie entre Farrell y Wahlberg que buscaba quebrar límites con la clara impronta de la nueva comedia americana, de la cual McKay es uno de sus máximos exponentes. En cambio, en Guerra de Papás la propuesta es centrípeta, de una comedia contenida, adocenada, familiar. Ferrell hace de padrastro de un clan y Wahlberg regresa tipo cowboy a la ciudad para arreglar a “su familia” y disputar con Ferrell a su ex mujer e hijos.
Hay una especie de autoconciencia en los actores vinculada a la construcción de una comedia por encargo, de nicho, algo de lo cual no participan habitualmente. Si bien Farrell da rienda suelta en algunos momentos a su tremenda fisicidad cómica, se lo nota molesto al no poder cruzar los límites de la restricción PG-13: esta retención se nota en cada chiste, en cada escena, donde los actores están sujetos de pies y manos, y no disimulan en mostrarse contenidos. Esta situación es determinante para que la película se vea resentida en su funcionamiento, la comedia no logra fluir en ningún momento; y si bien hay algunos gags divertidos (la manera que queda estéril Farrell es desopilante), el resultado termina siendo similar a ver leones en una jaula de zoológico, fieras domadas y desperdiciadas.
Para colmo de males, Anders pretende en la parte final de la película “reflexionar sobre la familia”, redimiendo al padre abandónico y repitiendo la historia desde el principio. No alcanza con contener a los actores, Guerra de Papás además viene con moraleja sobre el rol de los padres y la importancia de la unión familiar. Puro conservadurismo que no está a la altura de sus protagonistas y su obra precedente.