Will Ferrell, el padre de la comedia
Dentro de las conservadoras comedias familiares llega esta película que se enmarca dentro de las nuevas familias disfuncionales a través de dos padres (el ex que vuelve y el actual que quiere afirmarse) que se disputan el amor de dos niños. La dupla Mark Wahlberg - Will Ferrell funciona pero es este último el motor del film.
Will Ferrell es uno de los grandes comediantes americanos desde hace ya unos años. Ocupa el lugar que alguna vez tuvo Chevy Chase: el papel de padre de familia “aguantador” le calza de maravilla. Su Brad Whitaker es el tipo normal que sufre en la rutina diaria tratando de ser un poco mejor día a día en su rol de paterno. En ese esfuerzo se traza la narración de Guerra de papás (Daddy's Home, 2015), con el hombre siendo humillado a diario por Dusty Mayron, el padre biológico de los chicos, el tipo perfecto, seguro de sí mismo y encantador: la antítesis perfecta de Brad que llega de visita al hogar con intenciones de quedarse. En esa puja, presente desde el afiche promocional, aparecen los chistes y gags de una película que se apoya en el oficio de Will Ferrell y el carisma de su contrincante Mark Wahlberg para lograr sus mejores momentos.
Mark Wahlberg se ganó con las películas del osito escatológico Ted, un lugar en la comedia americana. Con su físico destinado a convertirse en héroe de acción pudo reírse del estereotipo que representa haciendo una virtud de su escasez de muecas. Sigue la tradición de eternos musculosos derivados al género familiar, demostrado que puede ser un tipo “cara-de-nada” pero con onda, y en la película la antítesis perfecta para fastidiar al personaje de Will Ferrell y hacerle la vida imposible.
Primero le lleva un perro a su casa, luego se gana la confianza del jefe de Brad, para después intentar recuperar a su mujer e hijos y desplazarlo definitivamente. Una y otra vez vemos a Will Ferrell -también productor junto a Adam McKay- sentir en su rostro el martirio recibido con humor, acompañado por una serie de gas físicos (con la moto, con el skate) imperdibles y muy graciosos por cierto.
La historia cumple su cometido de reinstalar el orden familiar aceptando y conviviendo con la disfuncionalidad familiar preexistente, sin nunca tergiversar los roles sociales asignados. El guión tiene los giros necesarios para hacer entretenida y efectiva a una película del montón pero que entrega un momento placentero, ideal para ver en cable o en el micro rumbo a Santa Teresita.